De nuevo podremos ponernos en la piel del mal en persona. Con un planteamiento muy fiel a su predecesor pero corrigiendo sus defectos, Overlord II quiere seducirnos de nuevo con la misma fórmula.
La sala del trono es el nexo de unión con el resto de lugares, además de ser donde iremos recibiendo las misiones y decidiremos a qué lugar del mundo queremos viajar para seguir propagando el mal. En las dependencias privadas estará esperándonos nuestra querida tras un largo día de destrucción. Allí guardaremos nuestras riquezas y habrá un rinconcito en el que será posible ir mejorando nuestra magia si hemos recogido los artefactos correspondientes.
La madriguera es donde descansan todos nuestros esbirros con sus correspondientes colmenas. En este lugar hay un cementerio que, a cambio de unos cuantos esbirros jóvenes, recuperaremos los más fuertes caídos en la batalla.
Por último está la factoría, el sitio más importante de todos. Aquí es donde forjaremos armas y armaduras para el Overlord previo pago de una cantidad de oro, unos cuantos esbirros y un par de artefactos más que recogeremos por el mundo. Es un lugar de visita obligada si queremos que las cosas no se nos acaben poniendo demasiado difíciles, ya que también es donde mejoraremos el nivel de cada tipo de esbirro para que aumenten considerablemente su aguante.
MANTENIENDO LO BUENO, CORRIGIENDO LOS FALLOS
A los desarrolladores del juego está bastante claro que les gustó la fórmula del primer título. Esta segunda parte se puede decir que es como la primera pero con sus fallos corregidos. En primer lugar, los esbirros a controlar siguen siendo los mismos cuatro tipos que en su antecesor, pero con alguna que otra habilidad nueva y un poco más listos. Antes, si nos metíamos por el agua, iban todos detrás y se ahogaban. Ahora se quedan en la orilla esperándonos, algo que es bastante más lógico.
En Overlord II nuestros fieles seguidores podrán utilizar monturas según el tipo de esbirro que sea. Los Parduzcos montarán sobre lobos, los Viridios se subirán a las arañas y por último, los Bermejos serán más fuertes encima de las salamandras.
Otra característica que no había antes es la de poder manejar catapultas o barcos. En esta ocasión nos serán muy útiles para alcanzar lugares de otra manera imposibles o en el caso de las catapultas, para acabar con hordas de enemigo de un plumazo. A todo esto hay que añadirle nuevos modos online, los cuales alargarán la vida del juego, nuevo contenido descargable que estará disponible en el futuro, o unos gráficos que, aunque son muy parecidos, han sido retocados para adecuarlos a esta secuela.
Overlord II es un título muy entretenido, con momentos graciosos y misiones bastante largas. Acabarlo por primera vez puede costar un mínimo de 15 horas sin dejarnos demasiadas cosas por hacer y si jugaste a su primera parte y te gustó, es una apuesta segura. Puede que el planteamiento haya perdido su originalidad, pero si quieres saber lo que se siente sembrando el caos a tu paso o siendo el todopoderoso maligno, no te lo puedes perder.