Especializados en la velocidad, pocos grupos han trabajado durante tantos años en el mismo género, pero quizá es hora de que den un paso adelante o cambien de registro, a tenor del último resultado.
Superstars V8 trata de reflejar con realismo una competición que no se asoma de forma habitual al mundo del videojuego, dominado por los Gran turismo, Forza motosport o Race Driver, mientras que los usuarios de PC han salido ganando en cuanto a simulación con los títulos creados por Simbin, sin duda los más exigentes y fieles a la realidad.
Milestone se ha concentrado en los deportes de motor en los últimos años, creando juegos bastante decentes como Scars o algunas entregas de Superbikes, pasando en los últimos tiempos a desarrollar la saga de MotoGP de Capcom, quien la está publicando tras hacerse con una licencia que llevaba muchos años en manos de Namco.
De nuevo en la carretera, Milestone se pasa a otra categoría diferente, la V8. Esta, no demasiado conocida entre el gran público, si despierta el interés de las grandes marcas del automovilismo como Jaguar, Peugeot, Audi o Lancia. La potencia de los turismos y sobre todo su igualdad mecánica hace que las carreras sean de lo más emocionante, con muchos adelantamientos y numerosos contactos entre los participantes.
Sin llegar a las exigencias de Simbin, V8 se decanta claramente por la simulación, ofreciendo un nivel bastante exigente para los que se adentren en la simulación por primera vez, dejando (afortunadamente para muchos) la opción de activar ayudas, desactivar los daños en vehículos y otros recursos como las flechas que nos permitan adentrarnos en el juego sin pasearnos por la zona verde en cada curva. Sin la profundidad de los simuladores más realistas, en V8 se podrá modificar la configuración mecánica de cada vehículo, como los frenos, ruedas o las marchas, de una forma bastante sencilla para los menos habituados, pero un tanto falta de opciones para los que buscan retocar al milímetro las prestaciones de cada coche.
Una vez escogido equipo y vehículo, solo tendremos que intentar avanzar y sobrevivir en unas carreras donde la igualdad mecánica suele conllevar el que normalmente nos encontremos corriendo entre varios coches al mismo tiempo, por lo que tendremos que poner especial cuidado en las frenadas o los toques con los rivales. Salirse un poco por la tierra o la hierba nos penalizará enormemente, mientras que los rivales (y esto puede considerarse como un fallo) suelen hacer una conducción sin errores, a no ser que los empujemos nosotros mismos “un poco” hacia la parte exterior (pero cuidado, seremos sancionados si no desactivamos las penalizaciones).
Obviamente una práctica intensiva será la solución para adaptarnos a los trazados, unos circuitos por otro lado mucho menos conocidos que los habituales en otros simuladores de conducción o de distintas categorías, como Portimao o Misano Adriático, pero también competiremos en otros más conocidos como Valencia en nuestro país, sumando un total de diez circuitos diferentes. No es una cifra que impresione demasiado, pero al menos resultan lo suficientemente variados como para no resultar muy repetitivos.
Los modos de juego pueden parecer algo parcos en opciones respecto a otros títulos de conducción, ya que se limitan a las competiciones oficiales en el fin de semana, junto a las opciones de entrenamiento y carrera rápida. No cabe duda de que el multi-jugador se convertirá con el tiempo en la opción más jugada, las carreras no suelen tener nada de lag y al menos en este tipo de productos más serios los participantes suelen “comportarse” durante la carrera, al contrario que en otros títulos más arcade como PGR4 (360) donde sobrevivir intacto es pura casualidad.
Gráficamente, la mezcla de buenos detalles con otros claramente superados en su género deja una sensación claramente mejorable en varios apartados. Por encima de la media se sitúa el modelado en los vehículos, los cuales también muestras un buen trabajo en las texturas. Por el contrario, el entorno de los circuitos queda muy por debajo si lo comparamos con otros títulos lanzados con antelación como por ejemplo Race Driver Grid, no solo en cuanto a detalles, modelados y texturas, sino por la iluminación o la simpleza de algunas zonas.