La más grande compañía de videojuegos española, cierra sus puertas definitivamente víctima de errores de planteamiento y acuciantes deudas económicas.
Con ella se van muchos y grandes recuerdos, y se pasa definitivamente una página en la que llevaba tiempo agonizando.
Fue el viernes, 21 de septiembre del 2001, cuando se anunció definitivamente el rumor que venía tiempo creciendo en varios frentes. La suspensión de pagos en su división de internet en los meses anteriores, ponía de manifiesto un error más para una compañía demasiado endeudada que fallaba en un sector en el que había invertido con fuerza y quizá excesivas alegrías.
La web oficial de Dinamic (www.dinamic.com) ha dado paso desde entonces a un lacónico y manido mensaje de error. Su contenido ha desaparecido, legado robado de lo que hasta hace poco era un servicio de actualizaciones para sus juegos recientes y su puerta abierta a la red.
Fundada por los hermanos Ruiz a principios de los 80, sus juegos artesanales no tardaron en abrirse camino en un sector joven en que eran pioneros en nuestro país. Títulos recordados como Abu Simbel, la saga de los Army Moves, Game Over, Freddy Hardest, Phantis, Hundra, El Quijote y demás aventuras gráfico-conversacionales, junto a un largo etcétera que emociona y hace delicias de los nostálgicos, se convirtieron en un elenco de programas de calidad que exhibían la característica creatividad y originalidad latina, rasgo envidiable que supo exportarse en algunos de estos títulos permitiendo que ésta fuera la única compañía española en pervivir cuando las demás tuvieron que retirarse víctimas del cambio de producción a los 16 bits.
Fruto de una primera crisis, Dinamic desapareció como tal y apareció Dinamic Multimedia, con una inyección de capital del grupo Hobbypress que trataba de apoyar así a la perla del software español que aún tenía mucho que ofrecer. No obstante, los rasgos propios de la marca desaparecieron en favor de un uso mercantilizado y desprovisto de personalidad -ya sin los hermanos Ruiz- en que los PC Futbol, prescindiendo del juego en favor de la base de datos, iban sucediéndose como única baza en que sustentarse. Ni sus grandes ventas durante años consecutivos evitaron paliar la engrosada deuda. La Prisión y Runaway tampoco lo han hecho.
El destino ha querido que su cierre se produzca en el mes de Commandos, hito histórico en los videojuegos que con su segunda parte emprende un camino sin precedentes con datos de escándalo para nuestro sector. Ahora nos queda apoyarnos en éste juego, en otros como Blade y en el recuerdo del pasado, para defender un software español al que esperamos que le quede mucho por decir.