Pain

Pain (dolor) huye de cualquier atisbo de historia, argumento o explicación de porque estamos haciendo lo que hacemos a lo largo de sus partidas. Suponemos que la razón es lo difícil que sería el explicar por qué estamos lanzando personas contra edificios, barriles explosivos, atracciones de feria, farolas, ventanas, etc. utilizando para ello un gigantesco tirachinas... así que mejor no tratar de darle un sentido.

Está claro que con una jugabilidad tan directa y descerebrada, Pain no necesita nada de eso. La cosa es que Jarvis es un tipo cualquiera con una afición algo extraña, servir de munición en un tirachinas gigante. A partir de ahí lo primero que vamos a experimentar es un inusualmente extenso tutorial con el que aprender de que va todo esto exactamente. A pesar de que la mecánica puede parecer extremadamente sencilla, conseguir sacarle todo el partido es realmente difícil sin hacer todas las pruebas del tutorial (que de todas formas es obligatorio para acceder a los demás modos).

En ese adoctrinamiento aprenderemos como sujetarnos a paredes y objetos cuando los golpeemos, agitar el mando para mantenernos en movimiento, realizar combos para multiplicar la puntuación, aplicar efectos a nuestra trayectoria, etc… las posibilidades son realmente amplias y a pesar de hacerse un poco pesado por su duración, es imprescindible.

Los escenarios están diseñados para que podamos causar daño destrozando un poco de mobiliario urbano,mientras nuestro personaje se golpea lanzando todo tipo de improperios y exclamaciones de forma un tanto peregrina, más propia de alguien a quien pisan sin querer que de una persona que acaba de romperse todos los huesos. Repartidos “casualmente” por cada nivel, hay cientos de objetos con los que chocar, postes, señales, cristales de ventanas, depósitos de gas, etc… siendo el recurso perfecto para aumentar la puntuación por daño. Dichos escenarios tienen partes móviles (como una bola gigante que podemos arrastrar) e incluso sufren el paso de diversos vehículos como camiones, coches e incluso trenes o helicópteros. Visto desde fuera, no parece haber nada tan emocionante como examinar de cerca la parte inferior de un tren en movimiento, lástima que no haya regresado nadie para contarlo.

Tras lanzar a nuestro personaje escogiendo entre un selecto grupo de frikis (en la edición en Blu-Ray vienen todos los personajes descargables) y en aras de multiplicar la puntuación, podremos adoptar distintas posturas: de cabeza, de lado, e incluso de espaldas o estirando el brazo a lo superman, lo que unido a una física bastante realista provocará golpes y caídas con resultados muy distintos en cada ocasión. Gracias al editor de repeticiones que podemos activar instantáneamente, podemos grabar y editar los accidentes más espectaculares.

No hará falta llegar hasta las repeticiones para darse cuenta de que las caídas y choques no provocan daños visibles a nuestro pobre hombre bala ni por supuesto sangre, ya que Pain llega totalmente enfocado a la diversión para todos los públicos, siendo estos detalles escabrosos totalmente innecesarios en esta ocasión.

Los modos de juego se dividen en Paindemonium, ¡Mimo va! Y “Leña al mono” o “Algarabía explosiva”, cada uno con diversas variantes y varios niveles de dificultad. En el primero simplemente tendremos que conseguir la máxima puntuación posible, siendo la parte que más nos reta a mejorarnos y superar nuestras puntuaciones. "Mimo va" es una prueba donde tenemos que agarrar a un mimo para después arrojarlo contra unos cristales, mientras que leña al mono nos pone como objetivo el derribo de estos simpáticos animales repartidos por todo el escenario.

Pain engancha sobre todo por los trofeos y medallas que podemos conseguir, así como personajes y niveles que podemos desbloquear si superamos ciertos retos. Además, tenemos los mini-juegos como Dardos Pain o Payaso vá, realmente divertidos sobre todo en multi-jugador, convirtiendo a Pain en un título con muchas horas de diversión y sobre todo desafíos por delante.