¿Es realmente posible que las dos compañías de mayor rivalidad tradicionalmente en el entretenimiento doméstico, acaben siendo una? ¿Cómo ha llegado SEGA a esta situación?
La noticia ha estallado recientemente en los más prestigiosos diarios estadounidenses, y pese a la inmediata lógica respuesta de ambas compañías desmintiendo la primicia, la credibilidad de la misma gana enteros atendiendo a la situación actual de SEGA.
Según las últimas estadísticas del mercado nipón, la compañía responsable de títulos tan emblemáticos como los protagonizados por su mascota Sonic, es la que ha presentado mayores pérdidas en el último ejercicio económico. Tal situación, unida a algunos cambios directivos como el que ha tenido lugar en la dirección de SEGA EUROPA, y a la sorprendente decisión de plantearse seriamente producir videojuegos para otras plataformas, no hacen sino dar cobertura a un rumor que se ha extendido con fuerza por toda la prensa mundial. Al parecer, los contactos entre la dirección de ambas compañías se vienen produciendo de forma regular en los últimos meses, y las negociaciones para una posible compra o fusión estarían en un avanzado estado de gestación.
Las causas
La pregunta inevitable se refiere a cómo SEGA ha llegado a una situación tan crítica, cuando sólo su nombre es uno de los valores más cotizados en el terreno del videojuego. Sin duda, las cosas desde hace tiempo se vienen haciendo con excesivas alegrías dentro del ámbito económico de esta firma, y atendiendo a los datos que arroja su apartado de entretenimiento doméstico, la situación no es del todo extraña.
Y es que no deja de resultar llamativo que desde el lanzamiento de la Megadrive, SEGA no haya gozado del apoyo del singular público nipón. En una época en el que la salida a escena de la Super Nintendo todavía necesitaba tiempo, el público japones seguía respaldando a la 8bits de Nintendo de modo que era Europa el principal centro de ventas para Sega. Posteriormente, los lanzamientos incomprensibles del Mega-cd (un periférico que permitía incorporar soporte CD-ROM a la megadrive) y la 32X (que potenciaba artificialmente los recursos de procesador), no ayudaron a aumentar el nivel de ventas ni la confianza en la marca.
A su vez, en el terreno de las portátiles, mientras la GAMEBOY se ha convertido -en sus diversas versiones- en la consola más vendida de la historia, la Game Gear de Sega, con unos recursos brillantes, no tuvo los apoyos necesarios a nivel de software, y ello ayudado de otras cuestiones técnicas que hicieron fracasar a otras máquinas de similares características (la Lynx de Atari también sucumbió al desproporcionado consumo de baterias, si bien la Gamegear lo moderaba) acabaron creando otro frente escisorio entre SEGA y NINTENDO.
Con posterioridad, SATURN ha sido el último gran fracaso a nivel tecnológico, y parece haber sido "definitivo" a la hora de cercenar la confianza del público. El lanzamiento hace un año de Dreamcast, una consola de gran potencial, no ha gozado de los apoyos necesarios y las ventas están muy por debajo de las que el producto merece, especialmente en el mercado asíatico.
En todo caso, SEGA como se ha dicho, tiene mucho nombre. Es lider incuestionable en el campo de las recreativas y muchos de los símbolos de la historia de los videojuegos le pertenecen por derecho propio. No parece probable que una operación entre ambas marcas vaya a significar la pérdida de personalidad de la misma, sino más bien un modo de imponer una mejor y más coherente gestión, y obtener recursos económicos para seguir en lo más alto del mundo de los videojuegos.