Escasos meses después de su lanzamiento en Japón (sorprendente), escasos días después de su lanzamiento en EEUU, Europa recibe la nueva Game Boy envuelta en polémicas de ventas con Sony y de supuestos problemas visuales.
Ello no sirve para negar lo obvio: va a arrasar.
En esta foto se aprecia la interactividad de las GBA con la futura Gamecube. Además se aprecian los distintos colores en que se ofrece al mercado. Los blanco y morado (parte superior) pueden tener los días contados puesto que Nintendo ha anunciado que dejará de fabricar colores opacos.
Por su importancia es necesario empezar por algo muy básico: sí, verse se ve. No en todos los sitios, pero es que la portabilidad absoluta de la originaria GB ya se vió menoscabada con la Game Boy Color. Y en esta ocasión pasa lo mismo: es imprescindible contar con una luz directa. La retroiluminación sale cara, por un lado a los usuarios que gastan lo que no tienen en pilas o acaban atados de una salida de red, y por otro para los fabricantes, que ven como sus ventas se reducen y grandes productos naufragan por su ultradependencia energética (Lynx y Gamegear, claros ejemplos).
En este caso puede actuar como agravante la mayor resolución y por ende densidad gráfica, que hacen que la falta de luz sea especialmente nociva. Pero en honor a la verdad, cuando logras ver, cuando la tienes en el ángulo exacto y estás retorciéndote en una compleja postura para no perderlo, lo que ves es algo maravilloso. No es como tener una Super Nintendo en tu bolsillo, es como tener la mejor máquina 2D y con un catálogo de lo más prometedor (además del alimento indispensable de las GB anteriores). Asemejable en varios recursos, no ya a 16bits de Nintendo sino incluso a la PSX, sólo su ausencia de brillantez 3D le priva de ocupar puestos más altos en cuanto potencia gráfica. Pero esto no es obstáculo para sus grandes posibilidades, y enlaza con la paradoja creciente que, comulgando con un espíritu muy defendido en esta sección, defiende los 2D de clásica diversión frente a todo artificio con vocación de distraer.
Aparte de la anodina polémica con Sony, que llevó a esta marca a defender su protagonismo y el de las ventas de su PS2 cuando Nintendo anunció que Gameboy había batido records (por lo que se ve, no han superado los de la 128 bits con la que no debía haber comparación alguna), lo que llama la atención es la configuración de la nueva joya nipona. Con un tamaño similar, con ligeros aumentos de milimetros y peso, se ha optado por un cambio de estilo asemejándola a rivales anteriores tipo Game Gear, y permitiéndole un mayor tamaño de la pantalla. Esta, aparte de los problemas de retroiluminación, puede ser excesivamente reflectante, por lo que hasta que salga una buena iluminación adicional, cabe defender la iluminación indirecta que tantos esfuerzos de posicionamiento -bien remunerados en diversión- nos costará. La incorporación de dos botones-gatillo a la vieja usanza del Pad tradicional de Snes, obliga a retorcer los dedos índice pues es dificilmente compaginable -en postura natural- controlar cruceta y botones A y B, y ser capaz de manejar a estos nuevos invitados. Más ni todas estas pegas son un obstáculo insalvable. Gráficamente sorprende su resolución y estabilidad, el colorido del que se puede gozar -cuando se puede gozar- y sobre todo, el aspecto sónoro que impacta de modo destacado si se utilizan unos auriculares que mejoran ostensiblemente el altavoz de la máquina.
Otros aspectos destacables son la posibilidad de vía link-cable participar con otras GBA en partidas multijugador (¡al parecer por primera vez no es necesario que todos tengan el cartucho!), la posibilidad de añadir tarjetas en el futuro a incorporar a los juegos (actualmente empieza a practicarse en Japón con los Pokemon para introducir nuevos personajes paulatinamente), su fabulosa interactividad con la futura GameCube, y como no, el reducido tamaño de los cartuchos que no dejan de sorprender cuando, habiendo pagado su alto precio, nos encontramos con un cartucho del tamaño de un chicle (lástima que cuando introduzcamos un juego de otra GB deje una parte literalmente al descubierto).
En conclusión, la GBA ha llegado y para quedarse y vencer. Va a erigirse sin problemas en la nueva fuente de la devoción portatil (por más que Microsoft y alguna que otra compaía estén planeando plantarle cara) y el futuro de su software es terriblemente prometedor: Mario Kart, clásicos del tipo Final Fight,Sonic (¡¡Sonic!!) y... ¿quizá un Metal Gear? ... más que probablemente...