Era la mano que daba forma las a imágenes más representativas de los juegos de los 80, años en que el software nacional no sólo tenía presencia, sino que era singularmente apreciado por los jugadores españoles y, en casos concretos, incluso fuera de nuestras fronteras. Sus dibujos acabaron fundiéndose con aquellos nombres de culto, que resultaban más especiales gracias a la imagen que nos intrigaba desde la misma carátula.
Para el veterano, asomarse a su repertorio de imágenes es recordar a todos aquellos juegos con los que sus dibujos se unieron, representándolos a ellos y a una época que se recupera ahora con la edición de una recopilación de sus ilustraciones. Una compra obligada para quienes disfrutaron de nombres como Game Over, Army Moves, Dustin, Phantis, Hundra y tantos otros. Azpiri es singularmente querido y apreciado por ese público, y además de su talento, hace gala en todo momento de una gran amabilidad muy apreciada por quienes ven en su trabajo auténticas obras de arte.
Hace poco volviste a salir en muchos medios no vinculados con el cómic, por un videojuego. Un caso curioso, por tratarse de uno hecho para ordenadores de hace veinte años sin salida comercial pero que da ideal del significado que tuvieron aquellos en su momento. ¿Cómo has visto el fenómeno? ¿esta situación da aún más perspectiva del valor que tuvieron los productos que ilustraste en los 80 y cuya imagen tanto deben a tus ilustraciones?
A primeros de año Karoshi Corporation me llamo para realizar una portada de ordenador de La Corona Encantada, una portada que fuera del tipo de las que había realizado en los 80. La idea me gusto y a pesar de estar bastante ajustado de trabajo saque tiempo para realizarla y así poderla incluir en el libro de Spectrum que ya había concertado con Planeta de Agostini y que por fin saldrá a mediados del mes de Octubre. Es una recopilación de todas las portadas que realice para Dinamic, Opera soft y algunas otras casas. Este tomo aparte de las ilustraciones incluye bocetos, estudios de las mismas y algunas portadas inéditas. Todo lo que he podido rescatar.
Los amigos de Karoshi me invitaron a la feria de Retro Madrid, creo recordar en el mes de Marzo y cuando llegue allí me lleve una de las mejores sorpresas de mi vida. Toda una generación de estupendos chavales acudieron con sus algunas ya raídas caratulas de aquellos juegos, otros habían hecho ampliaciones de las mismas y montadas en cartón.
Entonces me di cuenta de la importancia entre comillas que aquellas caratulas habían marcado más de lo que yo pensaba en esa generación de los 80.
A todos ellos dedico el libro de Spectrum.
Cuando lees un libro, te imaginas a los personajes de una forma. Cuando jugabas a un juego con tu ilustración, aquellos largos minutos de carga viendo la portada te metían ya en su mundo, haciendo que lo que eran unos gráficos muy simples tuvieran más sentido del que tenían. La cosa es que al ilustrarlo muchas veces desconocías el juego o ni estaba hecho ¿cómo vivías esa situación? ¿imaginabas tú mismo en qué consistiría?
Mi trabajo es ese, imaginarme lo que está escrito y darle vida. He de decir que mi primer contacto con el videojuego fue con esos primeros juegos con sus gráficos sencillos, bueno que ahora nos parecen sencillos, pero en su momento eran y siguen siéndolo magistrales. No he sido nunca un gran jugador, pero si es verdad que algunos de aquellos juegos me dejaban noches sin dormir. Creo que me quedé en el F-18 cuando podías volar y volar en la pantalla con pocos conocimientos. Luego más tarde los juegos se fueron haciendo más sofisticados y cuando ya no podía ni siquiera despegar el avión de la pista porque necesitaba prácticamente un curso de piloto, lo deje.
Supongo que el proceso era muy variable y unas veces te enseñaban muestras del juego, te detallaban argumento, y otras como decía antes, ni el juego estaba listo. ¿Pero había alguna rutina más habitual? ¿algunos casos más llamativos que otros? ¿te dijeron alguna vez “esto no tiene mucho que ver”?
Es cierto que muchas de las carátulas eran casi una improvisación continua, hablaba con Paco Pastor director de Topo y me decía “Vamos a hacer un juego del Titanic” y le preguntaba ¿Hay ya gráficos? No. ¿Y de qué va el juego? Pues eso, de Titanic, pero en quince días tiene que estar la portada por que sale anunciado en las revistas.
En otras ocasiones podía ver gráficos e incluso algunos juegos ya estaban terminados.
¿Cómo ves en comparación con los cómics que una sola ilustración dijera tanto y fuera tan evocadora para los jugadores?
El cómic es una sucesión de imágenes que narra una historia, como el cine, en una ilustración y sobre todo en una cubierta hay que contar una historia en un solo dibujo y al mismo tiempo cuidar la composición, de alguna manera tratas de captar la atención del público, y eso es lo que siempre me he planteado en las portadas de los juegos.
Tras tantos años ¿cómo ha sido tu acercamiento ahora a esos dibujos para hacer la recopilación, muchos recuerdos? ¿Algo especialmente destacable?¿qué perspectiva tienes de ellos con el tiempo? ¿alguna ilustración o boceto que no recordaras?
La verdad es que ha sido un gran esfuerzo, recopilar todos aquellos dibujos y bocetos, rebuscar en las carpetas una y otra vez, pero si aparecieron cosas que ya ni me acordaba, sobre todo los primeros estudios y dibujos preliminares. Algunas portadas han sido irrecuperables pero de una manera u otra están en el libro. Algunos interiores de los juegos han sido imposibles de conseguir, pero creo que lo principal está.
Algunas cosas serian ahora de otra manera, pero en conjunto creo que fue un gran trabajo al cual me entregue por entero.
Nunca se planteó, o durante algún dibujo pensaste “me gustaría desarrollar esta escena, darle una continuación y una explicación”, es decir: un cómic en torno a uno de esos personajes creados con tanta vida en una sola imagen.
Creo que los mismos juegos contaban ya esa historia. Y por supuesto dos de mis mejores personajes Lorna y Mot han quedado en la historia de los videojuegos.
Un elemento muy característico tuyo fueron esos pronunciados escotes, algún logo pusieron encima en lo poco que se exportaba de nuestro soft al extranjero. ¿Cuántas veces te dijeron ‘bueno, aquí quizá te has pasado un poco, que esto va para niños’?
No lo puedo remediar y cuando las casas vieron las primeras chicas se entusiasmaron y siempre que había motivo añadía una chica, creo que eso vendía.
En el juego de La Colmena, que era un juego erótico y que todas las pantallas que salían estaban dibujadas por mí, tenían sentido esas voluptuosas mujeres que salian. La portada tuvo dos versiones, en la primera era una chica totalmente desnuda de espaldas en la que realmente no había nada escandaloso, pero al final decidimos ponerla unas alas de abeja, eso sí lo más transparentes que se pudo. Pero nunca he tenido problemas con la censura.
En la época ¿llegabas a atender a lo que se hacía en el extranjero en tu campo? Algunos hablan de Wakelin como “el Azpiri inglés” por su función en las carátulas en su país.
He oído hablar de él, pero he visto poco su obra. Eso sí, me hace gracia lo del Azpiri ingles.
La “industria” del videojuego español hizo aguas, aunque hay algunos desarrollos para compañías extranjeras, probablemente de otra manera y por el culto que llegó a rendirse a tus portadas habrías seguido metido en el medio ¿lo echas de menos o hacer más de 200 llegó a saturarte? ¿llegaste a jugar a alguno de esos juegos que ilustraste? (he leído que con el Amiga estuviste muy enganchado con los juegos) ¿algún favorito como juego, no ya por tu ilustración?
Realmente casi siempre jugaba a los juegos una vez que salían al mercado, no los utilizaba como medio de inspiración. Como mucho tan solo veía algunos gráficos o secuencias muy cortas de los juegos.
Aprovecho esta pregunta para aclarar que no fueron 200 portadas en total serian unas cien, lo que pasa es que con todos los interiores que hice si llegaran a los 300 dibujos más o menos.
Por otro lado no quedé saturado por ese trabajo, de hecho sigo haciendo ilustración para otras cosas, las casas fueron desapareciendo y la mayoría de los juegos ya venían con el producto terminado.
Antes todo era un poco como en el viejo oeste, montados en nuestras carretas en busca de aventuras; ahora son cohetes con alta tecnología y todo o casi todo está pensado y calculado.
Al cómic tampoco es que las cosas le vayan excepcionalmente bien en el caso español, alguna vez has mencionado cómo para ti que se haya colgado la etiqueta arte lo ha alejado más del público y que los periódicos no colaboran como antes ni como se ha hecho en otros países como EEUU ¿crees que es una situación reversible o que camina a proseguir su encierro sin abrirse al gran público? Porque los videojuegos de los 80 también tenían un público mucho más limitado que los actuales, también había un cierto aire a afición para un grupo concreto, y ahora “todos” han acabado jugando más o menos a videojuegos.
Las cosas han ido cambiando poco a poco, en los años 40 o 50 había pocas distracciones para los críos que en esa época devorábamos aquellos tebeos que semana a semana comprábamos en los kioscos, eso y el cine creo que marcaron nuestra generación. La desaparición del tebeo por entregas tuvo importancia, y las librerías especializadas que son estupendas no cubren el territorio necesario para un producto como el comic.
Por otro lado la prensa salvo algunas excepciones nunca ha apostado por el producto, sin tener en cuenta que esos pequeños lectores serán lectores del futuro.
¿Crees que en temática podría hacerse algo para conquistar más público? A pesar de la enorme variedad del cómic, quizá faltan ganchos como hubo antes con símbolos del humor muy conocidos y asequibles para todos los públicos como forma de entrada.
Creo que hace falta más difusión y conocimiento por parte del público, que de alguna manera se acerquen al mundo de las viñetas y descubran que hay verdaderas maravillas. Hace falta promoción y que no solo cuando sale un libro de Asterix (que me parece maravilloso) se anuncie en todos los telediarios: también quiero que cuando salga uno de Carlos Gimenez le den el mismo trato.