Eutechnyx ya realizó un trabajo notable con la “precuela” de Supercar, lanzada bajo el nombre de Ferrari Challenge. Pilotando los vehículos de la histórica escudería, quedaron muy claros los derroteros por los que nos moveríamos, avanzando hacia la simulación y realismo al tiempo que se alejaban a pasos agigantados de los títulos arcade que con mayor frecuencia suelen aparecer para consola.
Supercar Challenge parte de la base de Ferrari challenge, algo confirmado por las primera impresiones tras empezar a jugar. De todos los choches disponibles (más de 40) la mayor parte siguen siendo de Ferrari, pero también se han incorporado nuevas marcas como McClaren, Pagani, Aston Martin, Lamborgini o Mercedes, por lo que tendremos a nuestra disposición verdaderas maravillas del motor como el Mclaren F1, o el Aston Martin DDR9 entre otros impresionantes modelos que iremos desbloqueando poco a poco.
El enfoque de SC es totalmente serio, tanto que aún en el nivel más fácil de dificultad tendremos que tratar de frenar adecuadamente y entrenar en cada circuito si queremos tener éxito en la carrera. Para conocer cada trazado lo mejor que se puede hacer es utilizar el extenso tutorial disponible, personalizado en cada circuito. Mientras trazamos un número determinado de vueltas se nos aconseja aminorar la velocidad donde entremos pasados, frenar antes en un punto determinado, apurar las marchas, etc. siendo una herramienta tremendamente útil y necesaria para avanzar en el juego.
Al terminar cada tutorial, en pantalla nos pondrán los datos confirmando en qué puntos lo hemos hecho bien (frenada, velocidad, etc…) y en cuales debemos mejorar, cuando lo hagamos se dará por superado dicho tutorial. Ya desde ese punto las sensaciones son realmente buenas, incluyendo la simulación con volante, donde nos encontrarnos que soporta el cambio real del G25. A pesar de que no utiliza el embrague, la forma de reaccionar es bastante eficaz, siendo aconsejable reducir un poco la respuesta de fuerza para no acabar agotados tras cada carrera.
Entrando en faena, el modo de juego principal lo encontraremos en “challenge”, una especie de campeonato donde recorreremos gran parte del mundo (Canadá, Estados Unidos, Europa,etc) en fines de semana siempre precedidos por una prueba de clasificación previa que determinará nuestra posición en parrilla. Es interesante recalcar que debido a la inteligencia y agresividad del resto de pilotos resulta muy aconsejable intentar clasificar en las primeras posiciones, ya que ante los errores tenemos poco margen de reacción, sobre todo más allá del nivel fácil de dificultad.
En ese sentido, se echa de menos un poco de “humanidad” por parte de los coches controlados por la IA, ya que no suelen fallar demasiado aunque los presionemos constantemente. El otro modo donde reside gran parte del peso para un jugador es el torneo, un campeonato que consta de tres carreras por cada vehículo, siguiendo la estructura del modo challenge, una calificación que precede a una carrera de tres vueltas.
El número de circuitos se sitúa en 20, localizados alrededor del mundo (como Monza, Mugello, Spa o Hockenheim) Lo que supone 4 circuitos más que Ferrari Challenge. Sigue sin ser una cifra excesivamente alta pero sus diferentes variantes son suficientes para que no entremos en la monotonía.
El modo multijugador permanece inalterable en cuanto a las opciones, participando 16 personas simultáneas en carreras realmente intentas. El problema puede surgir cuando el típico gracioso se pasa la carrera en plan “kamikaze” estropeando la partida a quienes tratan de simular una competición real, un riesgo que siempre se corre en todos los juegos de conducción, pero que fastidia especialmente cuando estas frente a un simulador, existiendo otros títulos (como Burnout) donde dar rienda suelta a otro tipo de sensaciones.
Técnicamente apenas se nota evolución respecto a Ferrari Challenge, por lo que siguen siendo los coches los verdaderos protagonistas, mostrando un alto nivel de detalle y un buen modelado.
La lluvia tampoco es el summun del realismo en su representación, pero al menos no desentona y se agradece a la hora de la simulación frente a otros títulos que ni siquiera la incluyen. Los circuitos siguen siendo la parte más floja, con un aspecto y unas texturas ampliamente superados por otros títulos del género, limitándose a cumplir por los pelos el expediente gráfico que uno exige cuando introduce el Blu-Ray en su Playstation3. Otro aspecto poco trabajado es la representación de los daños, ya que a pesar de los grandes accidentes que puedas llegar a sufrir apenas observaremos unos cuantos arañazos o la pérdida de los parachoques, siendo un apartado con mucho margen de mejora por delante