‘Scribblenauts’ se ha ganado a pulso ser uno de los títulos más originales del catálogo de Nintendo DS. Llevando un poco más allá la idea de ‘Drawn to Life’ (un plataformas en el que el usuario diseñaba los sprites principales del juego) la entrega que nos ocupa permite al jugador, mediante más de 20.000 palabras y combinaciones, crear objetos, animales y personas que, una vez escritas en la DS, aparecerán en el juego para ayudar a resolver los más de 200 rompecabezas que hay por delante.
La premisa es sencilla. Con la pantalla táctil se escribe lo que hace falta en el editor de texto (o usando el modo teclado) y si lo escrito es reconocido por el juego, aparece, y se podrá interactuar con ello para superar los retos y misiones (sorprende ver la cantidad de cosas que funcionan, ya que es mayor el número de entradas generadas que las que no dan resultado alguno). Por ejemplo, si el jugador debe alcanzar un starite (las metas de cada fase) y ésta se encuentra en lo alto de un árbol se pueden hacer muchas cosas, dependiendo del nivel de garrulismo de cada uno, como destruirlo de un bombazo, talarlo con una sierra mecánica, subir con una escalera hasta la copa, pescar el objetivo con una caña… las combinaciones y posibilidades para resolver los retos son elevadísimas.
La localización del juego es fantástica y el castellano en el que llega reconoce incluso coloquialismos, así que es bastante probable que entre fase y fase el jugador se sorprenda probando, sin más fin que el de divertirse, la cantidad de cosas que puede crear introduciendo las palabras adecuadas.
Este es, por tanto, el esquema base del programa. 10 niveles, cada uno con 11 fases divididas en dos modalidades: puzle y acción, que dan un total de 22 fases por mundo de dificultad variable. Al superar cada una obtenemos dinero con el que comprar el acceso a nuevos mundos, comprar avatares, músicas y se obtienen méritos que hacen engrosar también el catalogo de recompensas. En total existen 220 fases más todo un catálogo extra de niveles que se pueden crear desde cero y compartir mediante red local con otros jugadores.
El entorno gráfico y las músicas de ‘Scribblenauts’ repiten el estilo del anterior juego. Sprites sencillos con muchos movimientos y reacciones, así como músicas machaconas pero que apenas incordian, sumado a pequeños efectos de sonido como vocecillas y ruidos bastante graciosos. También existe un elevado número de personajes no controlables con multitud de registros, desde enfado, hambre, miedo con los que interactuar y que, a medida que se va progresando, hay que aprender a usar de forma correcta. El punto flaco se encuentra en el control, caótico y muy impreciso. Si bien hay puzles que se resuelven por puro caos y chiripa, en la gran mayoría de las ocasiones que no interprete bien lo que se quiere hacer al desplazar el lápiz táctil por la pantalla provocará que el personaje salte donde no deba, rompa algo importante o muera de una forma absurda y molesta.
Los desarrolladores 5thCell han logrado crear una gran expectación en torno a su criatura que además fueron alimentando a medida que avanzaban el desarrollo del trabajo. Al final han manufacturado un producto más que correcto y con grandes toques de genialidad pero que se puede englobar sin ningún miedo en el género de puzles, siendo éste un campo poco querido por los jugadores menos pacientes. Lo cierto es que quien se acerque a ‘Scribblenauts’ se llevará a su consola uno de los mejores títulos lanzados este otoño, difícil de imitar y sobresaliente en cuanto a originalidad y diversión. Por delante hay horas y horas de creación de objetos, resolución de puzles y entretenimiento del sano y hardcoreta, ya que está repleto de retos desquiciantes con un alto poder adictivo.