Si hace unos días hablábamos de aquella cosa impresentable llamada Cosmic Shock Absorber (y quien nos leyera sin conocerlo, será incapaz de imaginarse hasta qué punto aquello era infame) hoy nos toca un caso con alguna similitud, pero dentro de una categoría muy diferente.
Con Thing Bounces Back, de una compañía que en los 80 y con irregularidad nos dio títulos muy destacados (Gremlin Graphics, que se mantuvo al pie del cañón hasta la primera playstation dando guerra a Electronic Arts con títulos deportivos, hasta que fue adquirida por Infogrames), nos enfrentábamos a algo llamativo y resultón, pero que por algún motivo, como tantas otras veces, nos dejaba desorientados y buscando explicación.
El caso no es tan grave como el de Cosmic, pues aquí hay algo más de información y en la red, aparte de algunos merecidos halagos (desde la estética a su planteamiento del bichejo dando botes y cruzando cañerías, todo era dinamismo y originalidad) lo recuerdan sin hacer mención al desconcierto que llegado un punto invadía, al menos, a quien les escribe. Pero es que indagando, buscando vídeos en youtube (como el abajo enlazado) uno acaba viendo que la desorientación probablemente era similar. Porque el TBB nos permitía cosas, movernos en varias direcciones, coger items y huir de enemigos, todo entre saltitos y gráficos simpáticos, pero llegado a un punto nos encontrábamos limitados en nuestro recorrido sin saber qué hacer ni a donde ir.
A los usuarios pacientes y con tiempo, como éramos todos entonces (la prueba de fuego la marcaban los 15 minutos de la carga del juego, eso ya dejaba atrás a los inquietos) la tenacidad les hacía explorar todas y cada una de las opciones posibles. Un barrido de probabilidad para encontrar la forma de avanzar que, si bien en este caso era de los sangrantes por el escaso recorrido que dejaba, en realidad era una constante en los 80, con muchos juegos en que por limitaciones los creativos imponían una dificultad basada o en lo difícil del control o en el misterio irresoluble (al más puro estilo de las malas aventuras gráficas, que entonces todavía quedaban lejanas).
Lo más decepcionante llega al leer alguna reseña apasionada que habla de él no sólo como el título especial que se intuía en sus primeros minutos, sino como algo mucho más profundo y rico en su avance. También el artículo en cuestión nombra que era una secuela de un “Thing” del que por una vez servidor no se enteró (algo especialmente raro por el seguimiento que merecía Gremlin, durante años una compañía con varios juegos de bandera). Como uno es desconfiado y la información viene de una publicación de la época, lo más sencillo es creer que la redactora no jugó en profundidad o cumplía con una ramificación de la campaña publicitaria contratada por la compañía en ese número.
Con todo, que la historia de TBB fuera tan triste con quien les escribe (tuviera o no muchos más niveles maravillosos tras las primeras frustraciones) no deja de ser una demostración de lo cortantes y crudos que eran en muchas ocasiones los nombres del pasado, hechos de espaldas al jugador o para acabar desquiciándolo como si de una mala broma se tratase.
postdata: como el tema bien merecía algo más de investigación, efectivamente, Thing Bounces Back fue la escuela de Thing On A Spring, publicado sólo para Commodore 64. Vídeo del precursor: