Con una película elevada a la categoría de mito, una atmósfera y estética únicas, uno descubre 20 años después que Blade Runner tenía videojuego y se pregunta en qué estaba pensando en aquellos años para perderse semejante ocasión. Y se encuentra con respuestas fáciles: en Renegades, Bomb Jacks, Game Over, Gauntlet (este siempre con una pasión exagerada, algún día habrá que hablar de él), el asombroso Rastan, Bubble Bobble, Nemesis, y en definitiva una larga ristra de juegos históricos que iban muy bien acompañados de otros segundones, de juegos raros, algunas apuestas originales y contadas joyas perdidas. Pero de Blade Runner, “nasty di plasty”.

Cosas que nunca hay que hacer en la vida: hablar de aquello que no sabes. Pero probándolo ahora, con perspectiva, uno siente algo de la confusión que caracterizaba muchos de aquellos juegos y hemos explicado en anteriores posts, y algo –muy lejano– de lo que pudo llegar a significar. Porque muchas review, documentación mediante (ya saben: google, el periodismo a un click) lo ponían como muy potable, y la banda sonora, con el emblemático tema de Vangelis reducido a los tonos con que el Amstrad sacaba partido a sus limitaciones (un sonido único al que toda melodía se adaptaba haciéndose algo fantástico en la época), dice que aquello pudo ser digno de atención. Es entonces cuando nos encontramos con un mapa como base de operaciones, una breve señal que nos habla de objetivos y ahí con la acción pura y dura, sintetizada en el enorme peligro de chocarnos contra transeúntes o contra naves. El objetivo parece ser disparar al viandante más raro que el resto y así buscar algún tipo de avance insondable.

La cosa no da para muchos juicios, pero sí permite recuperar el toque naif de muchas de esas adaptaciones provenientes del cine. O las contradicciones entre lo que percibíamos como modernidad y lo que hoy es rotundamente obsolescencia. Lo que de hecho debía percibirse ya como obsolescencia entonces: ¿no bastaba un vistazo a los recreativos, las limitaciones cromáticas cuando no las pixelaciones enormes para intuir cosas? Sin duda vivíamos tiempos precarios, pero eso hacía más emocionantes los avances. Con ese punto de vista, esa época aparece una vez más como una pieza demasiado importante para entender todo lo que vino después y que por desgracia muchos nunca conocieron privándose de esa comprensión. Algo curioso cuando el público freak del videojuego tiende a ser de los más rotundos en sus afirmaciones y se ha perdido una parte tan importante... como servidor se perdió al entrañable Blade Runner.