El control 360º es sólo la punta del iceberg dentro de una jugabilidad depurada y bastante más mejorada de lo esperado. Las interminables opciones tácticas y el sistema de sliders potencian también, si cabe, la profundidad y posibilidades de juego, acompañadas de un apartado técnico excelente. Para los que la falta de licencias sea secundario, tienen en esta versión del Pro el regreso por la puerta grande de todo un clásico.
Las licencias de toda la vida
Como talón de aquiles, una vez más Konami presenta una pequeña carencia en el apartado de equipos a elegir y sus respectivas licencias. Más allá de no contar con varios de los campeonatos nacionales que tiene FIFA, lo que más pesa a los jugadores del Pro es seguir viendo que no todos los equipos de la Liga española o la Premier inglesa están presentes. De esta manera, el Tottenham seguirá siendo el London White o el Getafe, el Madrid Sur. Un detalle que desluce cualquier juego a estas alturas, por más que a algunos usuarios les dé absolutamente igual y otorguen sólo importancia a la jugabilidad. Como contrapunto, la madre de todas las competiciones, la Champions League, engalana el modo menú con su inconfundible sinfonía y menús, acompañada este año de su hermana pequeña, la Europa League. También se han incluido algunos estadios míticos como Anfield que siempre motivarán a los más jugones.
Por supuesto, se han mantenido todos los modos de juego, desde las copas y ligas nacionales e internacionales, hasta los entrenamientos o el siempre interesante modo Ser Leyenda, en el que controlaremos a un solo jugador que, desde un equipo humilde, tendrá que forjarse a base de buenas actuaciones su propio futuro para acabar jugando en un grande. La Liga Master por su parte también se ha mejorado y cuenta con una mayor profundización a la hora de realizar fichajes y planificar la temporada. El modo online se ha depurado también para no sufrir ningún tipo de ralentizaciones y acceder a los partidos de forma más sencilla que en anteriores ediciones.
En cuanto al apartado técnico, basta decir que está a la altura de una consola de nueva generación (por fin). Los jugadores no sólo muestran un rostro prácticamente idéntico que sus versiones de carne y hueso, sino que su corpulencia y físico también está representados casi a la perfección. El sistema de iluminación, sin embargo, canta, ya que sea el partido de día o de noche los jugadores proyectan casi siempre las mismas sombras y hasta su cara aparece ensombrecida en algunos momentos sin razón.
Los estadios sí que están conseguidos, no tanto como las gradas, quizá el aspecto más complicado a realizar por cualquier título de fútbol.
Lo que sí que se oye, y bien, serán los cánticos de los diferentes equipos de fútbol durante el partido. La variedad de formas de los aficiones de animar a sus jugadores da un toque especial a los encuentros. Como también se lo da, qué duda cabe, la narración de Carlos Martínez. Oyéndole desde el principio queda patente que no es el mismo que en Canal + y que en ocasiones dice las cosas de forma poco natural; pero supera, y de largo, a Manolo Lama y a Juan Carlos Rivero, entre otros. Los comentarios de Maldini sí que resultan más creíbles y, junto a unos efectos de sonido de calidad y unos temas musicales cañeros en el menú, redondean un apartado sonoro con muchos quilates.
Pro Evolution tendrá fallos, como cualquier título, pero son más sus virtudes que sus carencias y, por muy alto que esté FIFA, aquellos que sólo quieran comprar un título de fútbol por su jugabilidad y opciones de juego, aquí lo tienen. El Rey ha vuelto.