Juego con historia y joya mimada de la que es considerada una de las mejores compañías de programación, despertó y despierta pasiones -merecidamente- como pocos han logrado. Metal Gear es un símbolo por mérito propio, de todo lo que nos ha robado el sueño durante años a los adictos a los videojuegos.
Sus virtudes... y como superarlas
De esta manera, METAL GEAR SOLID, incorporando la fórmula creada con el primero de la saga a un entorno gráfico elaboradísimo absolutamente envolvente -en que al igual que el aspecto sonoro impactaba por su brillantez pese a no hacer uso de imagenes pregrabadas-, conseguía el que para muchos era el juego perfecto. Su mapeado, la completa caracterización de cada uno de sus personajes, el planteamiento de las adversidades a las que iba a encontrarse el protagonista así como el modo de enfrentarse a ellas, eran otras delicias que hacían todavía más dulce la experiencia.
¿Era posible mejorar algo así?
La respuesta venía acompañada lógicamente de la nueva máquina de SONY. Desde que PS2 estuvo diseñada, Konami empezó un proyecto tremendamente ambicioso con el fin de superar holgadamente a su predecesor, y lograr recuperar el factor sorpresa merced a recursos visuales desconocidos hasta la fecha. Desde que esto se supo, y sobre todo, desde que se mostraron las primeras imágenes de desarrollo del programa -y tras advertirse que eran del propio juego y no de las intros- el escepticismo que estaba creando la nueva Sony, se diluyó totalmente y los seguidores de la marca encontraron un motivo para defenderla a capa y espada.
Además, viendo lo que suponía tener un Metal Gear en el bolsillo, Microsoft se aseguró con Konami una versión del título para su futura plataforma X-Box. El juego empezaba a ser un codiciado fichaje garantía de éxito absoluto.
Metal Gear 2: apoteosis, segunda parte
Y es así como esta nueva secuela se nos va desvelando poco a poco, en una suerte de strip-tease consolero, como el juego soñado y verdadera revolución de los próximos años. El esmero y cuidado de versiones anteriores, ha crecido de nuevo de manera inexplicable con el fin que se puede decir que ya ha conseguido con las primeras muestras concedidas con cuentagotas: impactar.
En las ferias del videojuego de un tiempo a esta parte, todo se centra en el mismo punto. MGS. Stand de Konami. Nueva proyección. Nuevas imágenes. Nuevos motivos para el gozo visual que con breves segundos de animación crea seguidores acérrimos.
Y la duda permanente que los incrédulos se niegan a evitar: ¿realmente es eso parte del juego, o es simplemente infografía al servicio de imagenes pregrabadas?
Para crear todavía más devoción en esta larga espera, Konami ha preparado una demo-jugable de próxima publicación, que dejará que en una primera toma de contacto, los escépticos dejen de serlo, y los soñadores vivan sus sueños durante un -a sus ojos- breve y escurridizo lapso de tiempo.
Como muchos deduciréis, todo se sale de lo habitual en el mundo de los videojuegos. Metal Gear, ha roto y, probablemente, seguirá rompiendo- moldes como pocos han hecho.