Resulta evidente que André Agassi (1970, Las Vegas, Nevada – Estados Unidos) ha resultado ser, con el paso de las temporadas, una de las figuras más carismáticas del circuito tenístico mundial. Hijo de boxeador olímpico, su padre le inculcó desde pequeño su amor por el deporte, destacando desde los tres años con unas enormes cualidades en el manejo de la raqueta, especialmente con ese golpe de derecha que tantas pasiones despertó en las canchas de todo el mundo y que tantos triunfos acabaría aportándole en su floreciente carrera, de la cual es profesional desde que contaba con 16 años. Vida sentimental y excentricidades personales aparte, éste es el hombre que da nombre a nuestro videojuego en cuestión.
No me cabe la menor duda de que si André no hubiese podido hacer realidad su sueño de triunfar en cada una de las canchas por él pisadas y hubiese tenido que recurrir, como la mayoría de los mortales, a los videojuegos para intentar acceder al mas alto nivel del mundo de la raqueta no hubiese elegido este en concreto. Es más, estoy completamente seguro de que su copia no va a ser demasiado utilizada por nuestro protagonista ni siquiera para amenizar las largas horas de espera entre un partido y otro en los torneos que dispute.
Todo comienza con un menú de selección de idioma -de agradecer-, pasado el cual un segundo menú nos permite optar por el tipo de partido o torneo a disputar. Está la posibilidad de elegir una partida rápida o un torneo completo, o mejor aún, una temporada con la disputa de la mayoría de los torneos ATP.
Todo se complementa con la opción de partidos individuales o de dobles, con lo que la posibilidad de multijugador resulta factible. La presentación de los partidos y torneos es buena con fotografías de cada una de las ciudades donde éstos se disputan (entre ellas Sevilla). A la hora de decidirse por la dificultad tenemos tres niveles, lo cual no quita que jugando contra el más sencillo de ellos tengamos dificultades dada la complejidad del juego incluso en las situaciones menos comprometidas.
Respecto a los jugadores hay que indicar que el único jugador real es el que da nombre al producto. Sin embargo, hay importantes similitudes respecto a los 31 jugadores restantes del mismo. Valga como ejemplo lo familiar que resulta un tal Carlos Vicario con gorrita e incipiente barba incluida. ¿Les recuerda a alguien?.
Hasta aquí, todo mas o menos correcto. Sin embargo cuando empezamos a jugar, a golpear la pelota, a correr sobre la pista ... se nos viene todo abajo. Difícil golpeo de la bola, gestos imposibles y fuera de lugar, recogepelotas de adorno, público con formas especialmente extrañas, imposibilidad de seguir el partido desde diferentes perspectivas, ...
En resumen, nulo realismo y aburrimiento prácticamente generalizado. Destaca especialmente la difícil coordinación a la hora de buscar la pelota con el instante del golpeo, lo cual da lugar a gestos y situaciones insólitas en el desarrollo de un encuentro tenístico así como la pérdida de puntos aparentemente sencillos. Por decir algo positivo, las sombras de los jugadores y de la pelota resultan bastance aceptables.
El sonido no es malo del todo. El comentario de los partidos no está traducido, pero los efectos de los menús con efectos de golpeo de pelota y los del desarrollo de la partida son bastante aceptables. La música resulta muy normalita, nada especial, del estilo de la mayoría.
La conclusión a la que se puede llegar es muy simple: para jugar al tenis o nos ponemos nuestras Adidas y calcetines blancos con sus correspodientes pantalón y camiseta a tono o bien imaginamos no haber estado nunca delante de un Virtua Tennis para hacerlo sentaditos frente a Agassi con nuestra coca cola y correspondiente merienda. En caso contrario la experiencia se complica.