Konami nos acerca un juego con un planteamiento bastante original en el que encarnaremos a un guerrero del viento. Con él recorreremos ciudades y las arrasaremos creando tornados enormes.
Normalmente, cuando se anuncian lanzamientos de nuevas franquicias, lo que esperamos es que, aparte de tener un mínimo de calidad, sean originales, ya que la originalidad escasea bastante desde hace tiempo en el mundo en el sector. En el caso del título que nos ocupa estas líneas, hay que admitir que es bastante original…
Poniéndonos en situación
En Tornado Outbreak encarnamos a un joven guerrero del viento llamado Zephyr, el cual es nombrado jefe de un escuadrón por órdenes de Nimbus, un capitán que cree que ha llegado la hora de delegar sus responsabilidades en alguien más joven. Para terminar de decidirse, pondrá a prueba a nuestro pequeño protagonista mandándole realizar unas cuantas tareas para comprobar sus dotes en el trabajo. Nuestra misión principal será la de devolver a su mundo a Omegaton, un monstruo de antimateria que se ha quedado atrapado en nuestro mundo y la única manera de hacerlo volver es encontrar todos los orbes de poder que hay repartidos a lo largo del planeta.
Para poder encontrar los orbes, contaremos con la ayuda de una maravilla de la técnica llamada L.O.A.D. STARR, un artilugio que, además es capaz protegernos de los peligrosos rayos del sol (si nos alcanzaran, acabarían con nosotros en cuestión de segundos).
La originalidad no lo es todo…
Pese a que el planteamiento es bastante original, esto sólo ayuda a que un producto pueda llamar la atención del consumidor… Y es que Tornado Outbreak tiene menos pros que contras. Para empezar es un título que sólo con ver su portada, como mucho llamará la atención a los más pequeños de la casa, pero si aún así nos pica la curiosidad y lo adquirimos, rápidamente nos daremos cuenta de por qué llamaba a los más jóvenes. Desde la pantalla del título, encontramos el primer fallo, el menú. Sólo nos dará la opción de cargar una partida o comenzar una nueva, pero con un fondo estático y de la manera más sosa que nos podamos imaginar. Aunque eso no sea razón para menospreciar el juego, ya hace que lo empecemos con predisposición a esperarnos lo peor.
Una vez comenzamos a jugar, notaremos como tiene una estética muy al estilo de los dibujos animados. De hecho, todas las escenas en las que nos cuentan la historia son una especie de cómic animado que la primera reacción que producirá será la de apretar los botones del mando para intentar saltar esa trama que nos cuentan en inglés subtitulado. Si al menos contara algo que aportara algo de profundidad al desarrollo, tal vez generaría un poco más de interés. Pero en realidad nos cuentan una historia que, como narramos al principio del análisis, difícilmente conseguirá despertar nuestro interés.