En el post del blog de cine Víctima del celuloide titulado De Metal Gears y Spidermans: así, no , se nombraban recientemente algunas curiosidades a propósito de la cada día más estrecha unión entre cine y videojuegos. Había casos como el de Keith Arem, director del superventas Modern Warfare 2 que consumaba su paso al cine para trasladar sus habilidades adquiridas en el videojuego a la gran pantalla. Por el camino, el mismo artículo apuntaba curiosidades como la de un Jordan Mechner que concibió Prince Of Persia casi como un peldaño, siendo su gran y verdadera aspiración ser cineasta.
No obstante, más llamativo incluso resultaba el caso de James Cameron. Tras la experiencia con Avatar, el director afirmaba querer dedicarse más al mundo del videojuego, vía esta que le permitiría dar rienda suelta a todas las historias que por falta de tiempo no podía llevar a la gran pantalla.
Estaríamos así ante una situación curiosa: los dos responsables de los superventas del momento, cada uno en su sector (Avatar en el cine, Modern Warfare en el videojuego) y ambos con la medalla de una recaudación por encima de los mil millones de dólares, queriendo incrementar conquistas en otro sector. Pero la curiosidad pasa algo mayor cuando Peter Jackson, el todopoderoso responsable de la saga de El Señor de los Anillos, dice que él también quiere dar el salto.
Así, en el curso de una de las entrevistas promocionales de su último trabajo Lovely Bones, Jackson ha afirmado que "los videojuegos emplean en la actualidad muchas de las técnicas propias del cine, especialmente en los aspectos cinemáticos [...] actualmente disfruto más con esos juegos que con las películas".
Por el momento, según sus declaraciones, su implicación pasa por el videojuego de Tintin (curiosamente a manos de Ubi Soft, que le ha brindado la puerta de entrada a James Cameron en el videojuego con Avatar), pero próximamente también se implicará en el juego de El Hobbit. Además, si bien ambos proyectos se encuentran vinculados al cine, su interés está en acabar trabajando en otros que le permitan dar rienda suelta a su creatividad sin necesidad de ser una réplica en videojuego de película alguna, una experiencia con la que espera alejarse del fiasco que supuso la creación de un estudio propio (Wingnut Interactive) que entre otras cosas debía realizar aportaciones episódicas al universo de Halo.