Principios de los 90. Sony quiere volver a intentarlo y entrar con garantías en el sector del videojuego. Todavía es pronto para ver la evolución que tomará el sector tras la hegemonía SuperNintendo-MegaDrive, los juegos son eminentemente bidimensionales y se duda sobre la aportación efectiva de los 3D, todavía lejos de ser una clara opción de futuro.
En esa coyuntura, el equipo que trabaja en la iniciativa que acabará dando luz a la Playstation, tiene dos dudas principales. Una, el coste de una tecnología tridimensional. La segunda en la línea apuntada, la aportación real que suponen las 3D, si valen o no la pena.
Shigeo Maruyama, ejecutivo con currículum relacionado con aspectos musicales -y que reconoce que hacía presentaciones sin saber mucho de lo que hablaba- ha recordado ahora aquellos tiempos y desvelado un detalle más relevante que anecdótico: "fue cuando Virtua Fighter salió a la luz cuando la dirección a tomar con Playstation se volvió instantáneamente clara; de manera muy oportuna, Sega salvó nuestros pellejos".
Las declaraciones, realizadas en Tokyo en un evento bajo el ilustrativo título de "Imaginando el futuro del Entretenimiento", fueron reafirmadas por el productor de Sony Ryoji Akagawa, quien se pregunta "¿qué habría pasado si hacemos de Playstation un hardware bidimensional? Porque fue una idea verdaderamente considerada, si no es por Virtua Fighter habría sido un concepto muy diferente". Así, el título que llegó a arcade de la mano de Yu Suzuki and AM2 ayudó más a Sony que a Sega a la hora de vender consolas. Su salida para Saturn en 1995 fue poco determinante para esta última.