Cuando el actor de voz de Nolan North se dispuso a interpretar al nuevo Príncipe de Persia, éste preguntó a Ubisoft qué tipo de inflexión debería darle al personaje. El representante de la compañía contestó con un desolador "actúa como hiciste con Nathan Drake en Uncharted, no hagas nada más". Una anécdota aparentemente aislada que en realidad revela sutilmente la situación de los juegos de aventura en tercera persona: las desarrolladoras apenas se esfuerzan en innovar, y cuando lo hacen se aferran a lo que ha funcionado anteriormente para asegurarse un mínimo de beneficios. Por desgracia, Dark Void encaja perfectamente en este perfil: un par de ideas nuevas embutidas en algún prototipo olvidado de Iron Man... y con la voz de North, cómo no.
El inicio del nuevo título de Airtight Games lanza un montón de conceptos al techo, a la espera de que alguno de ellos no caiga estrepitosamente al suelo. En menos de cinco minutos, el piloto Will Grey se reencuentra con el amor de su vida, se queda atrapado en el Triángulo de Bermudas, lidia con una especie de androides y conoce a la versión más insípida del inventor Nicolai Tesla. La aleatoriedad narrativa del primer tercio del título sumado a la convulsión que rezuma intermitentemente pueden provocar más mareos que la primera secuencia de vuelo del protagonista.
Para contrarrestar la balanza, la acción se presenta paulatinamente, sin prisas. Los primeros capítulos son incursiones mundanas por la jungla del Vacío -el extraño lugar donde ha ido a parar el protagonista, cuyos escenarios están atiborrados de muros y columnas ideados por algún arquitecto adelantado a su tiempo que pensó que quizás podrían servir de refugio para que algún héroe desventurado se protegiese de las ráfagas enemigas. Dark Void bebe descaradamente de la saga Uncharted hasta emborracharse irremediablemente de su esencia.
Por suerte, la verticalidad no tarda en hacer acto de presencia para despejar cualquier indicio de jaqueca. Cuando Grey lleve el hover pack a sus espaldas puede impulsarse hacia arriba o descender tranquilamente por las cavernas del Vacío. Asimismo, la propulsión del invento de Tesla le permite enfrentarse a los Vigilantes -los extraños androides que ejercen una influencia casi divina sobre los lugareños- en lugares tan inverosímiles como barrancos o en un barco sostenido frágilmente en una catarata. Concretamente, este momento del juego es una delicia, ya que el navío se va rompiendo dramáticamente, cambiando el rumbo del combate cada dos por tres mientras el protagonista intenta escapar a tiempo.
Cuando los Vigilantes rapten a la chica -¿hay alguien sorprendido entre el público?-, Grey se verá obligado a perseguir la nave de los secuestradores con un traje muy parecido al hombre dorado de Marvel. La primera secuencia aérea está repleta de momentos originales que harán que el jugador se olvide durante unos momentos que está controlando a un Drake venido a menos. El protagonista debe infiltrarse en dos guaridas de los Vigilantes y destruir sus genéricos paneles de control para desactivar el escudo de energía de turno que le impedía avanzar. Pese a lo tópica que puede sonar esta misión, las huidas, los combates contra los pseudo OVNI´s enemigos y el enfrentamiento contra un jefe final terrestre irán destruyendo algunas de las dudas iniciales, pero sólo algunas.
Dark Void parece el equivalente interactivo de las películas palomiteras: es un título rebosante de acción pero sin la personalidad necesaria como para ser recordado en un futuro. Los momentos Uncharted son aburridos y facilones, mientras que los duelos verticales o las secuencias de vuelo harían esbozar una sonrisa al jugador si no fuera porque al hacerlo se tragaría unos cuantos bichos. El resultado final dependerá de cuál de los dos estilos de juego será el dominante: la relevancia de niveles con el jetpack garantizarán un resultado modesto pero honroso, mientras que la otra opción rebajaría la aventura al nivel de los films de Michael Bay.