Desde la lejanía llama bastante la atención el tortuoso camino que ha vivido sleeping dogs desde su inicio hasta su lanzamiento final. Inicialmente Sleeping Dogs se iba a convertir en una nueva entrega de la saga True Crime, cuyas dos primeras partes, lanzadas en la pasada generación, gozaron de un éxito notable a pesar de vivir siempre a la sombra de Gta. United From Games tenia el juego en un avanzado estado de desarrollo, y ya se habían mostrado numerosos vídeos donde se apreciaba el gran trabajo realizado hasta el momento. Activision, dueña de la franquicia anunció de forma repentina la cancelación de True Crime Hong Kong, en una nota de prensa donde también ponía en “stand by” las sagas de Guitar Hero y DJ.Hero.
Y aquí es donde entra en juego Square Enix, realizando un movimiento inteligente decide quedarse con los derechos de un sandbox bastante prometedor, cambiando el nombre por el definitivo Sleeping Dogs.
Las Triadas
Cuatro años de trabajo dan idea del esfuerzo descomunal que han invertido desde UFG. Wei Shen es un policía con una misión casi suicida por delante, infiltrarse en las peligrosas triadas de Hong Kong para tratar de acabar con ellas desde dentro. Mostrando una línea argumental madura y trabajada, controlaremos a Wei en su lucha contra el crimen organizado mientas camina sobre la delgada línea que separa los dos bandos. Hay que tener en cuenta la libertad que se nos otorga, por lo que podremos realizar misiones tanto para la policía como para las triadas, consiguiendo bonificaciones diferentes y el acceso a nuevas habilidades o equipamiento en función del nivel que vayamos alcanzando en cada bando. La historia no cambiará a pesar de hacer más o menos misiones de policía o las triadas, tan solo las habilidades, golpes, mejoras, armas o vehículos de los que dispondremos, un aliciente más que jugoso que nos incitará a disfrutar con las numerosas misiones secundarias disponibles.
Impecable sería la definición perfecta para detallar la ambientación conseguida en dar vida a Hong Kong: los típicos mercados, la gente por la calle, las tiendas, los templos o los festejos callejeros consiguen recrear un ambiente oriental único y refrescante que en algunas ocasiones nos recuerda a nuestras viejas aventuras de Shenmue. La historia es adulta, con giros, sucesos brutales y otros acontecimientos que nos mantendrán pegados al mando durante muchas horas, pero como suele suceder en el género, no tantas como las que nos pueden dar sus divertidas misiones secundarias.
Una de las cosas que ha logrado UFG con Sleeping Dogs ha sido conseguir que la exploración y la consecución de objetos ocultos sean divertidas. Basta con mencionar el tema de la ropa y de cómo esta influye en nuestro personaje. Encontrar los cientos de objetos (gafas, pantalones, colgantes, camisetas, etc…) a lo largo de toda la ciudad no es una mera cuestión de estética o conseguir todo, ya que la ropa influye mejorando nuestras estadísticas y haciéndonos más eficaces en combate o más rápidos. También tenemos el pirateo de cámaras de seguridad mediante mini-juegos (nos permite vigilar la ciudad e incluso detener a sospechosos) , más de 100 altares de rezo para encontrar y una gran variedad de “trabajitos” como extorsiones, conducir autobuses, karaoke, etc…. Que fácilmente pueden llegar a triplicar las horas de juego respecto a una historia principal que puede durar entre 15 o 18 horas, ya que la dificultad no suele apretar y no es tan densa como en el clásico GTA.
"Repartiendo" en Hong Kong
El corazón de Sleeping Dogs es básicamente la acción, basando su fuerza primero en un brutal y eficaz combate a cuerpo a cuerpo y después en la perfecta integración de las armas de fuego. Es en el combate cuerpo a cuerpo donde más disfrutaremos de la acción de SD, ya que se ha cogido lo mejor de otros títulos como las dos últimas entregas de Batman, y se ha mezclado con el estilo de las peleas míticas en las películas de Hong Kong, añadiendo un nivel de violencia que nos sorprenderá en muchas ocasiones por su crudeza y su realismo. El sistema de lucha y sus contrataques recuerda inevitablemente a Batman, con los enemigos en rojo cuando están a punto de atacar. Es la dureza de las consecuencias la que impresiona, sobre todo en lo que se refiere al aprovechamiento del entorno. Con el movimiento de agarre y pulsando correr, podemos llevar a nuestra víctima hacia cualquier parte del escenario, que “curiosamente” suele estar repleto de zonas donde machacarlo de forma brutal. Desde persianas metálicas que cerrar contra su cabeza, cabinas telefónicas donde patearlos, hasta meter su cabeza en hornos crematorios a pleno rendimiento y acabar carbonizados. En Sleeping Dogs no se ha suavizado la violencia ni sus consecuencias, evitando en todo momento ese tono con algo de comedia y condescendencia que podemos ver en otros sandbox.
Movernos por la ciudad en trepidantes persecuciones a pie resulta espectacular, todo gracias a un sistema de interacción con el escenario muy en la línea de Assasins Creed pero mucho más ágil, por lo que correr, saltar sobre mesas o escalar paredes será coser y cantar usando un solo botón. Con las armas de fuego el sistema será similar a otros juegos de acción en tercera persona, un botón para cobertura, asomarse y disparar (apuntando o a ciegas) y otro con el que saltar hacia el enemigo usando tiempo bala mientras estamos en el aire, funcional y muy eficaz.
La conducción también se ha simplificado respecto a Gta IV. Al no presentar unas físicas tan realistas la conducción es mucho más arcade y ágil. Esto no significa que sea mejor ni peor, pero si es cierto que le viene de perlas a un juego tan frenético como Sleeping Dogs, sobre todo gracias a la inclusión de la embestida en los vehículos. Muy realista desde luego no es pero en parte gracias a estos detalles nos hemos divertido como enanos.
Sleeping Box
Gráficamente también es un espectáculo, con las limitaciones propias de un género que exprime como pocos la potencia de unas consolas ya bastante veteranas. La ciudad presenta un aspecto realmente fantástico, repleta de transeúntes, espectaculares rascacielos en las zonas más modernas, construcciones más humildes en los barrios más problemáticos, todo ello con un cuidado diseño y un nivel artístico muy alto, acorde con lo que se intenta mostrar de la cultura China. Es evidente que tiene popping (aparición repentina de objetos lejanos) pero mantener una buena tasa de frames con todo lo que muestra en pantalla no nos lleva a incluir eso como un fallo, sino como un mal menor para nosotros de sobra compensado por sus enormes puntos positivos.
La banda sonora destaca por resultar fresca y variada, con temazos de grupos clásicos como Queen, Duran Duran o The Who, música clásica de Bethooven o Mozart y otros cientos de CORTES, incluyendo techno como Afterlife entre numerosos temas de Hip Hop en un conjunto con el que resulta muy difícil quedar decepcionado. El doblaje alterna personajes que hablan inglés o chino (con sus correspondientes subtítulos en castellano) con voces de gran nivel y en el que han colaborado importantes actores como Lucy Lyu (Angeles de Charlie) Robin Shou (Liu Kang en Mortal Kombat) o Emma Stone (Zombieland) entre otras caras conocidas.
La muerte os sienta tan bien.
No apto para sensibles. Por mucho que los Grand Thef Auto sean juegos para mayores de 18, el nivel de violencia está moderadamente controlado en cuanto a su representación gráfica se refiere. Sleeping Dog por momentos viene a ser el Mortal Kombat de los sandbox, mostrando con crudeza lo que otros títulos suavizan de forma evidente. Roturas de brazos, enemigos ardiendo tras meterlos en un horno o un clásico de las películas de acción en los 80, colgar a un malo “maloso” por la espalda en un gancho para carne. UFG ha decidido mostrar las consecuencias de la violencia de forma más evidente, pero afortunadamente Sleeping Dogs no necesita nada de esto para resultar uno de los sandbox más divertidos que han salido en los últimos tiempos. Esperemos que todos los juegos de mundo abierto sigan en la línea de integrar un sistema de lucha cuerpo a cuerpo a cuerpo tan eficaz como ha sido el caso, “homenajeando” claramente las dos últimas entregas de Batman por parte de Rocksteady.