Si la decisión de cancelar el primer NBA Live fue una sorpresa, la de repetir esa misma decisión dejando a la franquicia tres años sin nueva entrega es un golpe demoledor para Electronic Arts.
La situación es particularmente llamativa porque lejos de tratarse simplemente de un problema a la hora de colmar las expectativas que precisaba el combate con NBA 2K de Take-Two, genera una importante frustración pues el desarrollo había puesto patas arriba todo lo realizado anteriormente: se había contratado a EA Tiburon como nuevo estudio encargado del proyecto y el plazo de tiempo para dar con algo digno había sido sobradamente generoso. Si en estas circunstancias no han logrado editar nuevo juego, el panorama es desolador.
Así, teniendo en cuenta las características del comprador de sagas deportivas anuales, el hábito consustancial a su adquisición anual, el triple fallo de EA ha logrado llevarse a todos los consumidores de juegos de basket a la canasta de Take-Two, algo que hace cuestionar incluso que la situación sea reversible.