El propio Miyamoto explicando las bondades de Wii U. Hasta ahí llega la convicción de Nintendo de que el éxito de su nueva consola pasa por el trabajo que las third parties realicen para ella. No en vano, desde su presentación se ha subrayado más lo que otras compañías podían hacer brindando sus principales franquicias, que no en el software propio (por más que clásicos como New Super Mario Bros estarán defendiendo su terreno).
"El tema principal es si seremos capaces de convencer a desarrolladores de que hagan software que yo no podría hacer por mí mismo", explica Miyamoto, tras relatar cómo él mismo se ha ido reuniendo con diversos programadores y creativos para tentarles. "Hay algún tipo de malentendido por el que se cree que no hemos compartido nuestro know-how, que no hemos compartido protocolos únicos y secretos, pero no es el caso. El hecho es que muchas compañías tienen que realizar creaciones multiplataforma, y como Nintendo ha tratado de crear software propio, no éramos la primera opción", añade.
Veremos si las nuevas prestaciones de la consola, más al día técnicamente que su predecesora, permiten que como mínimo los desarrollos multiplataforma lleguen a su soporte, sacando más o menos partido del nuevo mando y su pantalla independiente.