A la venta en EEUU desde el pasado 18 de noviembre, la primera semana de ventas arroja un resultado contundente: más de 400.000 Wii U vendidas, 'sold out' generalizado. El pronóstico de los analistas, pues, se cumple: a pesar de la dura recesión, la nueva consola de Nintendo ha logrado colocarse como regalo navideño perfecto para una parte de la población.
Los mismos pronósticos, no obstante, auguraban tanto este despegue potencialmente superior al de Wii (que padeció la falta de estructura para poner suficientes consolas en la calle los primeros meses), como una posterior caída que llevara sus ventas a un nivel plano. Allí deberían enfrentarse a los atractivos posteriores de su catálogo y, a medio plazo, a la posible competencia de una nueva generación encarnada en Xbox 720 o Playstation 4.
En todo caso, lo que se vuelve a demostrar es el tirón de títulos como la nueva adaptación de Mario Bros (que ha sorprendido a la crítica, que esperaba apreciar síntomas de agotamiento) y especialmente la fidelidad de muchos usuarios de Nintendo, que sigue siendo suficiente para hacerse con un parque respetable de consolas vendidas. A partir del día 30 de noviembre, le llega la prueba de fuego a Europa.