La saga de Ace Combat es considerada por muchos el inicio de los buenos juegos de aviones para consolas. Tras demostrar hasta la saciedad la filosofía Namco al respecto, ahora llega el esperadísimo traslado a un soporte con las posibilidades que el juego llevaba tiempo necesitando.
Decir que Ace Combat es uno de los juegos que más se esperaban en Playstation 2, es decir una obviedad que cualquiera que haya tenido una trayectoria más o menos larga (o digna) en PSX sabrá reconocer. Siendo uno de los debutantes de la gris de Sony hace muchos más años de los que parece, es este un buen instrumento para medir ese paso del tiempo que inexorablemente avanza dándonos progresos que unas veces más, otras menos, son generalmente útiles para en el peor de los casos dar mayor atractivo y vistosidad a los videojuegos modernos.
Pero es que además este es uno de los casos en que el potencial se venía pidiendo a gritos, las bruscas generaciones poligonales de una Playstation totalmente exprimida, necesitaban de una consola como la que ahora tenemos para finalmente recrear el espíritu Top Gun de los 80, convirtiéndonos en virtuosos de la aviación surcando los cielos a nuestro antojo.
El juego
Ahondando en lo antes mencionado, no se puede decir que las pretensiones de Namco con este cuarto episodio sean las de innovar. Otorgar este aspecto remozado parece excusa más que suficiente para un lanzamiento que no quiere redondearse con aditivos en cuanto a un planteamiento que para sus veteranos seguidores está algo más que visto.
La distribución de misiones -con su arquetípica curva de dificultad de asequible ascenso-, el modo de adquirir aviones para nuestro particular harén bélico, e incluso el sistema de evasión de ataques enemigos, vienen a configurar un eterno 'deja vu' bastante agradecido. A su vez, el sistema de ataque, con elección de sistema manual/automático de lanzamiento de misiles, así como el uso de armas secundarias -cuya eficacia varía en función de los objetivos- se acoplan con idéntica gracia y naturalidad al jugador que llegará a moverse por mera intuición . Todo muy correcto, incluso el sistema de lucha de 2 jugadores que suele plantear dudas tiene una cierta gracia con la práctica, por más que no deja de ser un extra para el modo historia que llegará al corazón de propios y extraños.
Un juego prácticamente imprescindible por más que sólo sea por ver los paisajes -olvidando ciertos efectos borrosos- o por soñar con volar...
(otra vez)