Controles sencillos y mecánicas complejas; esta fusión de elementos contradictorios es una auténtica delicia que sólo se ve levemente perjudicada por el molesto sistema de fijación automática. Maverick o cualquiera de sus aliados atacarán inmediatamente al enemigo que estén mirando, así que si durante el embiste otro contendiente se pone en medio de la refriega es muy probable que la cadena de combos se rompa, dando al traste con todo lo planeado hasta ese momento. Cierto, el usuario puede decidir manualmente a su siguiente adversario, pero se trata de una opción que se desactiva a los pocos segundos de utilizarse.
La magnitud de los planetas y su amplia diversidad -castillos anclados en la nieve, junglas donde habitan insectos gigantes...- contrastan estrepitosamente con las tareas mundanas que se deben llevar a cabo en estos parajes. Al menos, la humanidad del futuro ha podido verificar que las otras razas también tienen problemas a la hora de bajar sus gatos de los árboles. Tras la capa de barniz futurista subyacen grietas convencionalistas; otro aspecto decepcionante de The Last Hope -International- es su total desvergüenza a la hora de repetir un esquema desprovisto de originalidad: mazmorra, secuencia, mazmorra, secuencia bochornosa, murmullo de desaprobación, mazmorra...
No obstante, aquellos que no esperen nada nuevo de este título gozarán de una odisea espacial repleta de contenido adicional y misiones secundarias. Cada tienda del juego necesita materiales únicos para crear objetos valiosos, y los jugadores de sangre guerrera tendrán por delante un amplio desafío: centenares de trofeos que sólo pueden conseguirse cumpliendo ciertos objetivos durante la batalla. Las 30-40 horas de duración de la aventura principal se alargarán sustancialmente si los quisquillosos exploran cada rincón planetoide y levantan cada alfombra cósmica para hallar los datos de los enemigos, los esquemas de todas las naves, los secretos de las cerca de 150 armas...
Gráficamente, la precuela de la saga Star Ocean es impresionante, especialmente en lo que se refiere a los escenarios y al diseño de los enemigos. Por desgracia, los personajes se encuentran a medio camino entre el realismo y la estética anime, dando como resultado una expresividad fingida y robótica que desprende escalofríos incluso en las situaciones presuntamente cómicas. ¿Será que los protagonistas se encuentran en plena crisis de identidad, señal inequívoca de la pubertad?
The Last Hope -International- es una edición extendida de la versión original, lanzada hace un año para Xbox 360. A modo de recompensa para los pacientes, el título incluye el doblaje original en japonés, infinitamente mejor que las voces en inglés. Por suerte, tanto la banda sonora -a cargo del excelso Motoi Sakuraba- como la carga emotiva y épica que ésta conlleva permanecen intactas. Para finiquitar el breve listado de añadidos, tri-Ace ha incluido la posibilidad de cambiar los menús por una estética más clásica y resultona pero inconsistente con el resto de aspectos del juego. Irónicamente, el mejor cambio es aquel que la desarrolladora se ha olvidado de mentar: la desaparición de los cambios continuos de disco, obligación que se convertía en un auténtico martirio durante las misiones secundarias que abarcaban múltiples planetas.
Teniendo en cuenta la larga espera que han tenido que sufrir los usuarios de PlayStation 3 para disfrutar de esta precuela, tri-Ace podría haberse esmerado un poco más en el contenido extra... o al menos haber cercenado parte del original. De todas formas, Star Ocean: The Last Hope -International- es la edición definitiva de una odisea espacial que por desgracia tiene poco de especial. La trama es aborrecible y sus personajes necesitan pegar el estirón cuanto antes, pero tanto las batallas como el contenido secundario es adicción pura y dura. Quizás ya va siendo hora de que el rol japonés se aplique el cuento del viaje iniciático y alcance de una vez por todas su madurez.