El próximo 28 de diciembre saldrán las primeras unidades. Siguiendo el esquema atípico de OUYA, lo harán destino a desarrolladores e inversores que pusieron más de 699 dólares en el proyecto.
A pesar de que la versión final que verá la luz en marzo será muy próxima a estas unidades -no en vano hablamos de un aparato que busca que el usuario pueda modificar, programar y trastear con él tanto como quiera-, estas serán versiones algo más costosas de una producción limitada a las 600 máquinas.
"Las consolas para desarrollador no son baratas de hacer, y escuchamos que muchos no podían permitirse una. Desearíamos darlas gratis... y eso haremos para algunos. ¡Pero tienen que trabajar para ella!", explican desde la compañía, en donde quieren asegurarse el máximo de apoyos para Ouya.
El objetivo de estas unidades iniciales, es, por tanto, cumplir con inversores y al mismo tiempo que los desarrolladores de Android puedan probar sus creaciones para asegurarse de su correcto funcionamiento.