Aciertos como Devil May Cry, resultados cuestionables como Bionic Commando, fiascos como Sengoku Basara... En Capcom siguen considerando la occidentalización de sus juegos un elemento importante para acercarse a otros mercados, pero han aprendido bastante del tema. Eso es lo que se deduce al atender a las explicaciones de Christian Svensson, quien no duda en cargarle la responsabilidad de Lost Planet 3 y Devil May Cry al antes emblemático Inafune (y que abandonó la compañía hace escasos años): "tanto Devil May Cry como Lost Planet 3 o, antes de ellos, Bionic Commando, fueron cosa de Inafune, ahora fuera de la compañía; habría que preguntarle a él, pero creo que la idea era que si hacíamos las cosas igual, tendríamos el mismo resultado... por lo que había que buscar otra perspectiva".
No obstante, la experiencia les ha demostrado que hay casos para todo: títulos que hay que dejar con su aspecto puramente nipón como The Ace Attorney, prácticamente sin modificaciones más allá de los nombres y algunos cortes (y que funcionó muy bien en EEUU), o el reconocido Monster Hunter, que no necesita que se le cambie una coma. Recuerda eso sí el caso de Sengoku Basara, para el que buscaron la forma más cuidada de exportarlo, cambiándole incluso el nombre por Devil Kings (y mutilando los tramos considerados más farragosos), y apenas vendieron 30.000 copias.
Queda por ver si con la lección aprendida siguen apostando por estudios externos de otros países para buscar vías intermedias. Alguna de sus sagas parecen necesitar aire fresco, pero la apuesta sigue siendo excesivamente fuerte.