Para un fan, la posibilidad de volver a las instalaciones del nivel 426 solo unos días después de los acontecimientos de Aliens:El Regreso era un reclamo demasiado apetecible como para dejarlo pasar. De hecho este título ha logrado colarse en el primer puesto en ventas en sus primeros días en las listas inglesas, seguramente por ansiosos fans ávidos de un título que le hiciera justicia a la saga y en especial a esa obra maestra de la acción que salió de las manos de James Cameron.
De nuevo somos enviados a la colonia situada en el nivel 426 formando parte de un grupo de aguerridos marines que (esta vez sí) van a tratar de averiguar qué narices está pasando mientras intentan rescatar a los compañeros que les han precedido.
Continuando la historia de Aliens: El Regreso solo podía crearse un título de acción y Colonial Marines viene a ser un shooter al uso del que se esperaban momentos de tensión e incluso terror, provocado esencialmente por la presencia de los aliens, su forma de atacar y sus apariciones repentinas en la oscuridad. En la película gran parte de la tensión (explotada con mucho acierto por Ridley Scott en la primera parte) se conseguía por la presencia del ya mítico sensor de movimiento, ese sonido inconfundible y ese punto acercándose mientras pitaba conseguía ponernos de los nervios. Increíblemente, no sabemos si Gearbox o alguno de los becarios que parecen haber trabajado en el juego, han conseguido convertir el sensor en un cacharro inútil e ineficiente. Pulsando el gatillo lo podremos usar (no podemos disparar mientras lo hacemos), el problema es que realmente no sirve para nada, su detección es muy deficiente y para colmo tanto los aliens como los humanos atacan de la forma más previsible posible. Comenzarás el juego utilizándolo y pensando “anda, como en la peli” y lo terminarás sin haberlo utilizado más allá de los primeros minutos.
Lejos de recaer sobre los Aliens todo el protagonismo, parte del tiempo lo pasaremos luchando contra los soldados de la corporación “Weyland-Yutani” cuyos intereses militares y de investigación han convertido gran parte del planeta en una zona fuertemente vigilada. Ese es quizá el mayor error de diseño que nos hemos encontrado, ya que la lucha frente a las fuerzas de la corporación no ha sido muy bien resuelta y además sirve para resaltar los fallos en la i.a, tanto en oponentes como en nuestros compañeros.
Los enemigos tienden a acertarnos con cualquier arma aunque nos disparen desde el planeta tierra, no realizan ningún movimiento inteligente y se limitan a asomar la cabeza cual pato de feria tras una caja. De vez en cuando dicen una frase: “voy a flanquearlo” ya estén en un pasillo sin posibilidad de hacerlo o en una zona abierta, pero tranquilos, que no harán nada ni remotamente parecido. Nuestros compañeros hacen todo lo contrario a pesar de ser expertos marines, ya que necesitarán usar el equivalente a toda la munición disparada en la guerra de Vietnam para acertar de forma muy ocasional a cualquiera de los enemigos, ya sean humanos o aliens, lo que nos deja totalmente vendidos en los 2 o 3 picos de dificultad que presenta Colonial Marines.