Al final tenía razón Robert Kirkman. El creador de The Walking Dead, pese a que posteriormente se desdijo, vaticinó un escaso éxito a un shooter basado en su serie, principalmente por la competencia en el género. En Telltale Games habían lanzado su juego de la serie apostando una vez más por la aventura gráfica, y las cosas ahí parecían adaptarse lo suficientemente bien como para que todas las partes estuvieran contentas.
Pero no era suficiente. The Walking Dead seguía anotándose registros apabullantes, había que exprimirlo más. Y en Activision levantaron la mano: querían su propio juego, querían un shooter.
Teniendo en cuenta que Activision es la editora del título de referencia en los FPS como es Call of Duty, hubo esperanza durante un tiempo, pero no demasiada: pronto vimos cómo el estudio encargado estaba lejos del superventas de cada navidad, y el primer vídeo mostrado fue tan poco halagüeño que sus responsables tuvieron que matizarlo y explicar que era una versión inicial que nunca debió haberse filtrado. Pero lo hizo.
La siguiente, retocada tirando de trucos audiovisuales, dejaba mejor sabor de boca, pero sin profundizar realmente en sus cualidades 'in game' (caso de que las tuviera).
Pues bien, The Walking Dead: Survival ya ha tenido que enfrentarse a su audiencia. Y el balance no puede ser peor para algunos. "Es el peor videojuego al que he jugado este año", titula su artículo (para que no quede duda alguna) Kirk Hamilton en Kotaku. "A veces un mal juego se siente un poco como eso", comienza su exposición, al hilo de cómo inicialmente algunos videojuegos mantienen la esperanza y no es hasta avanzado su desarrollo cuando uno ve que aquello no está bien. No es el caso de The Walking Dead: Survival, que "no cae en esa ambigüedad, es evidente en los primeros cinco minutos".
Hamilton también revela cómo el juego se inicia con un tutorial tras el que nos lanza a una batalla imposible frente a zombies. Una vez muertos, se nos revela que manejábamos al padre de Daryl y Merle Dixon, protagonistas de la aventura. ¿Caerán los fans de la serie y el cómic en sus garras? ¿quizá ellos lo disfruten más?