Pero sería poco lo aportado si no se añadiera algo más. Un incentivo viene desde el entorno gráfico, que reviste las peleas con la destrucción de decorado (vidrieras, mobiliario...) sirviendo también como uso con que mortificar a nuestros enemigos (bien lanzándolos a una parrilla, bien golpeándoles con sillas y demás objetos) en lo que son escenas predispuestas para el efectismo.
Además, los controles no se limitan a ese uso, sino que dispone de un gatillo de acción (R1), que de forma simple se reduce a hacer la acción que indica la pantalla (saltar, trepar, abrir puerta etc). Con él protagonizaremos huidas en tiroteos, treparemos, y en el fragor de los combates podremos revolvernos previo salto en la pared para salir de momentos de apuros. Otro recurso es el golpeo furibundo cuando la barra de ‘adrenalina’ está al máximo (L1), o contraataques rutinarios (L1+R1+dirección del enemigo, algo que se hace extremadamente sencillo) junto a lanzamiento de enemigos (R1 + dirección). Aunque lo cierto es que esta enumeración sin ánimo de precisión o rigor, es innecesaria por cuanto se va aprendiendo con facilidad en las primeras escenas, y se nos recuerda cuando estamos recibiendo demasiado castigo del rival (como es el caso de R1 dispuesto para el inútil bloqueo de golpes, ya que todo se centrará en arrear y no en esquivar).
Pero ahí no acaba la action-movie. Si la aventura va avanzando con los solos descansos de su visión cinemática, el ritmo que establece un guión que nos conduce por camuflada linealidad, tiene momentos de recuperación de forma como el que nos lleva al shooter al armarnos con pistolas con que seguir avanzando. Todo para esa aniquilación salvaje con que cumplir un objetivo que muy pronto olvidaremos, aunque el guión en ligeras pausas que no se alargan nos lleva como a su intérprete de oriente a tierra americana. Con rapidez, ayudando al pulso la carencia de una expresa división en fases y un autograbado que nos lo pone todo fácil para seguir adelante. Y así dar más golpes, recibirlos, y recordar los tiempos del Double Dragon.
Habría sido muy grande contar con un modo cooperativo.