Mientras en Nintendo hacen malabarismos para justificar su permanente vuelta a los nombres de siempre (principalmente argumentando que ahora hay nuevas formas de jugar), en Capcom han culpado de sus ventas por debajo de lo pronosticado a los desarrollos externos, responsables a su juicio de una bajada de calidad en el producto final.
En una nota de prensa, la compañía responsable de sagas como Resident Evil explicó que abandonaría los desarrollos occidentales, en un movimiento que se intuye como el final del camino de vuelta en una vía por la que optaron hace años para tratar de insuflar nuevos aires a sus juegos. El último caso de externalización, Devil May Cry, desarrollado por los británicos de Ninja Theory, se saldó con críticas muy positivas pero unas ventas muy por debajo de lo esperado (esto último también sucedió con su Resident Evil 6, probablemente por cuestiones de mercado como la dura crisis que azota a la economía mundial).
En el mismo comunicado, Capcom habla de diversas cancelaciones que se producirán en las próximas fechas. La idea es reevaluar todo desarrollo en curso y apostar a caballo ganador, algo que hace intuir una vuelta a lo de siempre, pero con mayor rotundidad. De hecho, apuestan como vía para ver crecer sus ingresos por las descargas digitales, vía que en el pasado ha supuesto una fuente de críticas por pretender abusar del usuario que ya había comprado el juego ofertándole contenido extra de forma cuestionable. ¿Logrará esta vía cumplir su propósito o el videojugador se dará por hastiado?