De la misma manera que algunos actores después de trabajar con Tarantino, el género de las aventuras renace tras el lanzamiento de cada título de Pendulo Studios, empeñados en ir contracorriente en un mundo que solo se fija en el éxito comercial. Un éxito que confiamos pronto alcance Runaway 3, a la venta con unas ediciones muy cuidadas.
Runaway 3 comienza con una aparente desgracia para sus protagonistas. Gina tiene que asistir al supuesto entierro de Brian Brasco, una estratagema ideada para escapar del manicómio en el que estaba encerrado. Con Brian atrapado en la tumba sin las habilidades de la novia en Kill Bill 2 (ventajas de haber entrenado con el maestro Pai Mei) nuestro primer trabajo controlando a Gina será el conseguir los elementos necesarios para liberar a nuestro compañero. Controlar a Gina será una de las novedades incluidas, si bien es cierto solo podremos hacerlo cuando la aventura nos lo permita, ya que obviamente se trata de seguir un guión con una historia coherente.
El porqué resulta difícil ver hoy en día aventuras de esta naturaleza es por su empeño en mantener un sistema clásico de juego y control. El llamado “point &click” tan utilizado a lo largo de los años por pesos pesados como Monkey Island, Maniac Mansion y demás aventuras de Lucast Arts sigue manteniendo su protagonismo. Esto significa que se sigue huyendo de la deriva que otras sagas siguen hacia la acción, manteniendo el corazón jugable en las conversaciones, los puzzles y las largas sesiones frente al ordenador para intentar superar retos que suelen ser exigentes. El humor, también muy presente en casi todas las aventuras de Lucas, vuelve a ser un factor realmente importante, impregnando la aventura por los cuatro costados, potenciando unos diálogos realmente trabajados.
Los puzles resultan más lógicos que en entregas anteriores, por lo que la dificultad jugando a la vieja usanza resulta más llevadera. Sin embargo, para los menos pacientes se han integrado dos sistemas de ayuda. Estos sistemas se dividen en dos apartados, como es el de resaltar todos los puntos de interés en cada pantalla (evitando así la consabida exploración de cada rincón utilizando el puntero del ratón) y el sistema de pistas. Este sistema se utiliza pulsando la tecla F1, de manera que inmediatamente recibiremos pistas bastante evidentes sobre los movimientos que deberemos hacer a continuación en función de donde nos encontremos.
Si andamos poco inspirados podemos sacar hasta 2 pistas para cada situación, sin llegar a dar la solución exacta pero andando realmente cerca. Los que busquen un reto y tengan momentos de frustración por algún enigma pueden intentar aguantar la tentación, ya que en nuestra opinión se facilitan demasiado las cosas en una caracteristica que siempre han tenido las aventuras gráficas. En los juegos de conducción también se ha empezado a integrar la opción de rebobinado por si sufrimos un accidente, otra opción que simplifica demasiado la jugabilidad, justificada en parte por la intención de atraer a nuevos jugadores casuales sin la experiencia que tienen los más habituales.
Gráficamente la tercera entrega de Runaway vuelve a ser una delicia visual. El apartado artístico, apoyado en un excelente uso de cámaras fijas bidimensional, ha permitido aplicar múltiples detalles en escenarios y personajes. Artísticamente no se le puede poner ningún reproche, el diseño de cada zona por la que nos moveremos lleva tras de sí un trabajo excepcional tanto en edificios como en decorados, objetos, etcétera, destacando unos excepcionales fondos dibujados a mano por los grandes artistas de Pendulo Studios. Localizaciones y personajes lucen con este nivel gracias a un irreprochable uso del cel-shading, que realza todas las virtudes en la escena. La única pega es la ausencia de soporte para resoluciones más allá de 1280 x 720, ya que si escogemos alguna resolución superior de las disponibles (hasta 1920 x 1200) lo único que conseguiremos será reducir la pantalla de juego aumentando el tamaño del recuadro negro que se situará alrededor. Un pequeño punto negro que realmente no afecta a la altísima calidad gráfica y artística mostrada.
Los personajes secundarios vuelven a tener un gran peso durante la historia, si bien se han finiquitado varios de los importantes en anteriores entregas, pero dejaremos que el lector descubra esos detalles importantes por su cuenta. Su caracterización está muy conseguida, ayudados por un doblaje muy profesional, con una gran calidad en la utilización de las voces, bien encajadas (en su mayor parte) en sus respectivos personajes. Nuestros elogios continúan si analizamos con detalle la banda sonora, con un marcado ambiente cinematográfico que realza las grandes sensaciones que nos proporciona la aventura, realmente un apartado que merece la pena destacar.