La primera temporada de Prison Break fue algo fresco y diferente; una paradoja estructurada en episodios de 40 minutos de duración que conseguía narrar una experiencia cinematográfica que por otra parte nunca hubiese logrado el mismo resultado en un formato más adecuado para sus fines, como sería el caso del largometraje. Por desgracia, el ritmo y la originalidad se quedaron en prisión cuando sus personajes escaparon de la misma, ya que al verse cumplido el objetivo de la serie, todo lo posterior acabó siendo un sinsentido argumental. Por tanto, no deja de ser una buena noticia que la adaptación "videojueguil" de este show -a cargo de Zootfly- acabe dónde la fuente original debería haber finalizado: en la cárcel.
Teniendo en cuenta que el videojuego sigue con loable fidelidad los acontecimientos de la primera temporada, es posible que muchos seguidores se sientan traicionados al descubrir que encarnarán a un personaje expresamente creado para la adaptación: el agente de la Compañía Tom Paxton. Aunque al principio no lo parezca, esta decisión es todo un acierto ya que las suelas argumentales de Schofield o Burrows están tan desgastadas que los fans no tendrán ningún motivo para retomar un camino cuyo pavimento se conocen de memoria, mientras que los neófitos podrán ser testigos de la trama desde un punto de vista diferente que no les provocará callos en los pies.
El objetivo de Paxton está íntimamente vinculado a la historia original: la Compañía, una organización tan peligrosa como ambigua, ha enviado a su agente a prisión para descubrir los motivos que le han llevado a un brillante ingeniero como Michael Schofield a asaltar un banco, y de paso para investigar si el hecho de que éste haya acabado en la misma penitenciaria que su hermano, Lincoln Burrows, es algo más que una casualidad. La trama no es muy compleja, pero al menos promete añadir más capas de trasfondo a las motivaciones de la siniestra multinacional que la llevarán a intentar asesinar a los dos protagonistas de la serie.
Tras el murmullo de desaprobación inicial, los fans estarán encantados de presenciar los momentos cumbre de Prison Break: la llegada de Michael a la Penitenciaria de Fox River, el primero encuentro de éste con Tea Bag -un personaje que si pudiera llevaría incrustado la palabra "antagonista" a lo grande y con luces de neón... Todos los protagonistas -tanto principales como secundarios- han logrado quedarse con todos sus rasgos distintivos durante el cacheo de seguridad que se realiza en la entrada a la cárcel: la voz, la personalidad, el físico... ¿Empeño por parte de Zootfly o aprecio desvergonzado a la serie? Un poquito de cada, por favor.
Por el momento, el juego intenta ofrecer la máxima libertad posible teniendo en cuenta la esencia restrictiva de una prisión; Paxton puede explorar el escenario entre misión y misión para cumplir mini-juegos para ganar dinero o bien para fortalecerse. Las tareas principales suelen flirtear con un sigilo básico, una especie de escondite donde los participantes ganan puntos si encuentran el objeto que se les ha encomendado ir a buscar. Algunos niveles se alejan de la trama principal y ahondan en aquellos personajes que, pese a sus crímenes, se merecían una segunda oportunidad en el sentido argumental.
Prison Break: The Conspiracy tiene todos los números para escapar de la mediocridad que ha retenido hasta la fecha a la gran mayoría de adaptaciones de famosas series estadounidenses, mas existen dos presidiarios que podrían hacer venir abajo el plan de fuga: la permisividad del sistema de checkpoints -hasta el punto que en muchas ocasiones la tensión de irá a tomar viento- y el diseño sorprendentemente abierto teniendo en cuenta que un escenario como una prisión necesita transmitir un ambiente más opresivo. Una cosa al menos sí es segura: en caso de una hipotética continuación inspirada en las sucesivas temporadas, ésta sería mucho peor que el juego original.