Juntos hasta el final. O, al menos, hasta el 31 de diciembre de 2022. EA ha hecho oficial la renovación de su licencia exclusiva con el máximo organismo del fútbol hasta esa fecha, un acuerdo que tiene su origen en los 90 y que ha permitido que en los momentos más bajos de la saga, al menos pudiera aferrarse al uso de nombres oficiales.
Ahora, con las cosas en el extremo opuesto (el más reciente lanzamiento de FIFA ha colocado 6,42 millones de copias por las 1,15 de Pro Evolution), en EA sacan pecho y se las prometen felices: "nuestra franquicia es referencia en calidad e innovación en el género de los juegos deportivos, esperamos muchos más años de conexión con los consumidores a la hora de llevarles el prestigioso nombre de FIFA", declaraba el vicepresidente ejecutivo de EA Sports. "Los juegos de FIFA son componente vivencial clave en nuestro trabajo de llevar la marca y sus valores alrededor del mundo", decía a su vez el secretario de la FIFA.
Además, EA también es noticia porque su CEO John Riccitiello ha querido echar un capote a Microsoft a propósito de la conectividad a internet permanente que exigirá Xbox One: según su perspectiva, los usuarios llegarán a "amar" las posibilidades de tener la máquina siempre conectada.