¿Existe algo más ominoso que un videojuego inspirado en la licencia cinematográfica de rigor? ¡Alabados sean aquellos usuarios que respondan con una negación, pues no saben lo que es el sufrimiento! Basta con echar un vistazo a la lista de títulos basados en series de renombre para averiguar que el Mal nunca duerme: el juego de Lost no añadía absolutamente nada nuevo a la historia, y eso que al menos tuvo la decencia de respetar el canon; el creador de Los Soprano, David Chase, se asustó al presenciar la representación virtual de sus personajes; Jack Bauer tiembla de miedo al recordar la adaptación de 24, y eso que el agente multiusos se ha acabado habituando a las torturas... Y aquí está Prison Break: The Conspiracy, silbando y mirando hacia otra parte como si esto no fuera con él.
Independientemente de la nota que reciba el juego al final de este análisis, es necesario destacar el empeño y la dedicación de su desarrolladora, la eslovena Zootfly; ésta se ha enfrentado a multitud de adversidades y nunca se ha rendido. Por ejemplo, los aviesos abogados de Hollywood despreciaron su demostración técnica de un posible videojuego sobre Los Cazafantasmas para luego ofrecer la licencia a otro estudio. Sin ir más lejos, Prison Break ha sufrido varios retrasos por problemas de distribución. Por culpa de tantos imprevistos, el plan inicial de lanzar el título al mismo tiempo que el final de la serie -ésta acabó a principios del año pasado- se ha ido a tomar viento.
Por un lado, felicitar a Zootfly por el esfuerzo y por sacar adelante un proyecto que estuvo a punto de ser cancelado. Por otro lado, el retraso ha impedido aprovechar el tirón de la serie y, por si eso no fuera poco, ha situado el título a pocos días del lanzamiento de la nueva aventura de Sam Fisher. Teniendo en cuenta que ambas propuestas tienen el sigilo como arma principal, no es difícil predecir quién conseguirá mejores ventas.
La desarrolladora propone al jugador revivir los eventos de la primera temporada de la serie -la mejor de todas, sin lugar a dudas- desde el punto de vista de Tom Paxton, un agente de la Compañía creado expresamente para el juego. El protagonista ha sido enviado a la penitenciaria de Fox River para descubrir qué está tramando Michael Scofield, la estrella indiscutible del show.
Por desgracia, todos los interesados en el juego saben de sobras qué es lo que está tramando Scofield: éste ha simulado cometer un crimen para entrar en la cárcel que él mismo diseñó y así rescatar a su hermano, acusado de haber asesinado al vice-presidente -por supuesto, el pobretón es inocente. En teoría, un producto inspirado en una serie tiene a sus seguidores como público potencial, y por lo tanto intentar meter en calzador toda una temporada de hace cinco años en un videojuego donde los fans siempre irán un paso por delante del protagonista no es la mejor estrategia si se quiere captar la atención de nadie.
De esta forma, Prison Break rechaza indirectamente a aquellos que le hubiesen perdonado cualquier cosa. Lo único que le queda entonces es sacar músculo en el apartado jugable y demostrar a sus compañeros de celda que no va a convertirse en el nuevo punching ball humano. Básicamente el juego tiene dos mecánicas: sigilo y lucha cuerpo a cuerpo. Ambas son demasiado débiles para defenderse, hasta el punto que se agacharían a recoger el jabón de las duchas comunitarias sin poner resistencia. Y eso que una aventura que gira alrededor de una fuga tiene mucho potencial, ya lo demostró Riddick en su día.