Serie Titanium, juegos a precio de saldo, tan solo 9,95 euros y una excelente relación calidad-precio.
Rally Trophy
Esta inmersión en los rallys de hace 30 o 40 años, y con vehículos de épocas en las que muchos de nosotros no habíamos nacido, es un título excelente para lo que se podría esperar. Los vehículos están muy conseguidos, los sonidos son originales y la estética del entorno muy lograda. No podemos contrastar si los nombres de los pilotos son de la época porque no éramos de este planeta hace tantos años. Se pueden jugar varios tipos de competiciones, en modo arcade, simulación, contrarreloj y carrera individual. La jugabilidad está asegurada. Incorpora importantes “novedades”, todos los vehículos son de tracción a las 2 ruedas por lo que los derrapajes son espectaculares y el control muy diferente a los tracción integral, igual nos pasa con las delicadas suspensiones de estos coches o sus mejorables sistemas de frenado que mucho han evolucionado.
En un inicio solo podemos escoger vehículos de entre 1300 y 1800 c.c. hoy superados por cualquier coche de calle, y según avancemos podremos conseguir mejores y más potentes vehículos.Por 9,95 euros no se puede pedir más, permitiendo incluso juego en LAN de hasta seis participantes.
King of the Road
El negocio del transporte por carretera... Nos encontramos ante el mejor juego esta serie. Por su argumento, originalidad y prestaciones se trata de una posibilidad atractiva, absorbente y adictiva. Se trata de encarnar a un camionero que con su modesto vehículo consigue convertirse en un empresario del transporte con su propia flota de vehículos. Las misiones consisten en transportar por las carreteras distintos tipos de mercancías, legales o ilegales, de unos almacenes a otros en un tiempo límite. Si la mercancía llega a destino en el tiempo exigido y en buen estado, conseguiremos dinero con el que comprar más camiones y contratar más conductores. Una hábil combinación de simulador y manager.
Los sonidos del camión son muy realistas y las situaciones en que nos encontramos bastante comprometidas. Un camión no se maniobra como un turismo de cualquier otro juego y las velocidades difícilmente superan los 120 km/h. Si el dinero nos lo permite conseguiremos comprar desde espectaculares bocinas, hasta navegadores y escáner para detectar los controles de velocidad de la Policía.
Resulta espectacular llevar un cargamento de huevos por carreteras sin asfaltar perseguidos por una legión de vehículos policiales disparándonos para que detengamos el camión, aunque si cometemos muchas infracciones podemos acabar ante un Juez condenados por delitos contra la seguridad del tráfico. Se ve el mismo acto del juicio que protagonizamos.
Si los negocios nos van bien podremos dejar de conducir camiones confiando esta tarea a nuestros asalariados y dedicándonos al control de la flota por las carreteras a bordo de un flamante BMW M5, todo es conseguir el dinero suficiente.
Las críticas deben centrarse en la lógica sensación de poca velocidad, dado que conducimos un mastodóntico camión y en las pocas posibilidades que ofrecen las cámaras ya que solo tenemos la posibilidad de una vista desde el interior del camión y otra desde el exterior.
En definitiva es el título más recomendable de los analizados y una buena oportunidad de adentrarnos en el transporte por carretera.