El porqué comandaremos un ejército de muertos (o de no muertos según se mire) tiene su respuesta en el argumento. Jugaremos en el papel de Rómulo, Remo o Silvia, uno de los tres hermanos seleccionables al comenzar el modo historia, cuyo funesto destino está relacionado con los actos de su padre y el futuro de su reino. Un pacto con el diablo les permitirá reclutar un ejército de zombis resucitando a las victimas de la batalla, una forma barata y eficaz para reunir un grupo de combate.
Menos mal que solo sufren la primera vez, pero nuestras victimas caen primero bajo nuestra espada, después lo resucitamos y más tarde vuelven a morir bajo la espada de sus viejos camaradas, una vida muy dura para un soldado. No se puede afirmar el que se haya realizado un gran esfuerzo en crear una fuerte línea argumental, ya que la información que recibimos o el argumento apenas resulta una mera excusa para introducirnos en la batalla.
Al igual que sucede en otros títulos de Koei como la saga Dynasty Warriors o Samurai Warriors, Undead Knights es un nuevo Hack&Slash, utilizando una vista en tercera persona para controlar a nuestro personaje. Como ya hemos comentado, al comienzo no contaremos nada más que con nuestro personaje como héroe principal. Para conseguirnos un ejercito que nos apoye temporalmente, tenemos que resucitar a los enemigos muertos en campo de batalla. En los controles, emplearemos el triángulo para el ataque fuerte y el cuadrado para el ataque débil, dejando el círculo para agarrar y convertir a los soldados enemigos en no-muertos. Esta conversión requiere un pequeño tiempo, por lo que si nos vemos rodeados de enemigos no será muy buena idea realizarlo (si necesitamos que la conversión sea más rápida tendremos que debilitarlos primero utilizando los ataques normales y así conseguir un zombi de manera instantánea). Con esta conversión conseguiremos llenar un marcador, el cual al completarse nos permitirá convertir a soldados de manera instantánea.
Nuestro ejército de zombis nos servirá en combate de diferentes maneras. Además de luchar contra nosotros, podemos indicarles un objetivo en concreto para que se concentren todos en el, acabando de esta forma con los enemigos más poderosos. También serán útiles a la hora de derribar obstáculos y barricadas, señalando el objetivo de forma parecida a la saga Overlord, sin llegar a las posibilidades que esta nos permite.
Por otro lado, de especial utilidad frente a los enemigos finales, es la posibilidad de agarrar a uno de nuestros esbirros y lanzarlo hacia los jefes. Estos se engancharán a él y si lo hacemos en número suficiente lo inmovilizarán, momento que tendremos que aprovechar para atacar ya que en este instante el daño provocado será muy superior al normal.
También tendremos la posibilidad de aumentar las habilidades de nuestro personaje, reforzando sus ataques o mejorando sus armas. Acciones estas que se llevarán a cabo gastando los puntos de juego en el menú principal antes de comenzar la partida.
Es importante destacar que nos encontramos ante un título exigente en cuando a dificultad, por lo que no conviene despistarnos mucho a la hora de buscar barriles con energía o de seguir las indicaciones en pantalla. Sirva de ejemplo el sistema para afrontar un acercamiento a los arqueros enemigos, lo ideal es utilizar a uno de nuestros esbirros como escudo humano. Si no lo hacemos así probablemente acabemos muertos ante a lluvia de flechas, o en todo caso gravemente debilitados.
La idea de crear un Dinasty Warrior con zombis no es que nos parezca mal, pero lo que realmente no termina de funcionar es lo repetitivo de su mecánica: convierte enemigos, lánzalos contra diversos obstáculos y luego hasta la siguiente sala, todo ello aderezado con algún que otro enemigo especialmente fuerte con el que nos enfrentaremos de forma ocasional. La cámara tampoco ayuda cuando nos enfrentamos a grandes grupos de enemigos, por lo que en ocasiones recibiremos golpes mientras giramos para enfrentarnos a ellos.
No nos olvidamos del modo multi-jugador, con la posibilidad de una batalla de zombies, una prueba para ver que jugador termina primero o el modo supervivencia, donde probablemente y en numerosas ocasiones pasaremos momentos más intensos y divertidos que en el mejorable modo historia.