Para los aficionados a las aventuras gráficas sin excesos en elementos de rol ni interacción imprevista, este título supone una importante opción. En esta ocasión pirma la lógica, la paciencia y el verdadero espíritu del género por encima de las habilidades para matar, destruir, acorralar y aniquilar al adversario.
SCHIZM II se desarrolla en un mundo irreal en el cual adoptamos la posición de un personaje que se cree el único superviviente de una guerra librada 200 años antes. Pronto descubre una región inexplorada y misteriosamente salvada por los conflictos del exterior, un entorno en el que interactúa con los miembros de una civilización superviviente compuesta por diversas razas y anclada en la desesperanza y su seguro cercano final.
El protagonista (Sen) tratará pues de forma general con las diferentes razas (los Transai, los Ansala) además de personajes individuales como el Nómada Arko, todo con la finalidad de la salvación de esta civilización.
Para ello, tenemos la capacidad de adoptar las facciones propias de los rivales y deducir así lo que pasó años atrás y motivó la situación actual.
Muchos de estos misterios se resolverán con la treintena de puzzles lógicos que nos encontramos a lo largo del avance. La dificultad de estos va aumentando progresivamente, convirtiéndose en uno de los importantes alicientes para los apasionados a las aventura gráfica en su sentido más clásico -siempre con la debida paciencia-, pero a la vez el mayor inconveniente para el perfil del jugador impaciente, ávido de acción y entretenimiento, que se verá a buen seguro apartado a las primeras de cambio.
Existe la opción de pasar automáticamente los juegos que no sepamos resolver, impidiendo así continuar la aventura. Se justifica en cómo algunos de los puzzles pueden tardar horas en resolverse, precisándose una mente de una lógica aplastante. Es casi siempre mejor volver al último momento guardado y empezar de nuevo antes de obcecarse en la realización del puzzle concreto sin haber entendido qué nos ha llevado hasta el.
El apartado gráfico resulta espectacular, el nivel de detalle de los paisajes impresionante y los cielos y nubes están muy bien conseguidos. La vegetación es muy abundante y los efectos de agua también dignos de ser mencionados positivamente. Por otra parte los personajes son demasiado estáticos (típico en las aventuras gráficas) y los colores en general, demasiado repetitivos.
La música que se anuncia como original es suficiente para el desarrollo del juego, aunque si nos atascamos mucho en alguna resolución puede resultar insufrible. Es importante mencionar que los textos de pantalla, los títulos y las voces están totalmente en español, no así la página oficial del juego que solo inluye los idiomas alemás, inglés y francés.
La jugabilidad pues, queda totalmente ligada a la habilidad para ir superando entuertos, con lo cual se excluye a un sector de jugadores amplísimo... por más que constituirá un gran aliciente para los fanáticos del género a costa de estos impacientes.
En conclusión, se trata de un producto excelente para los nostálgicos de las aventuras gráficas en su sentido más clásico, recordando a las de hace cuatro o cinco años -véase Atlantis- y con un apartado gráfico muy destacado a pesar de su historia algo insulsa.
Se puede justificar además en su precio de 39,95 euros, a la vista de lo que pueden costar otros bastante peores.