Es una pena que hayan tenido que pasar 20 años para disfrutar de forma oficial con esta joya de los 16 bits, cuya primera parte fue lanzada en la consola NES en exclusiva para el mercado japonés, mientras que Earthbound se lanzó también en el mercado estadounidense, cosechando un éxito más que notable entre los amantes de los rpg. Una tercera parte vio la luz después en GameBoy Advance (estuvo a punto de ser lanzada en Nintendo64) y con el tiempo esperamos que también sea publicada en Europa, al menos en formato digital.
Nunca es tarde si la dicha es buena, y creednos que lo merece aunque haya pasado tanto tiempo: al igual que pasó con Chrono Trigger, cuya deuda no fue saldada hasta hace poco gracias a su lanzamiento en NintendoDS, Earthbound es un título especial.
Lamentablemente, Earthbound y Chrono Trigger comparten lo que puede ser una pega para algunos jugadores, y es que ambos han llegado íntegramente en inglés, algo especialmente problemático siendo juegos donde resulta bastante importante comprender la historia para disfrutar con sus detalles, sus guiños y comprender mejor lo que tenemos que hacer en cada momento.
Ness
Aunque muchos jóvenes jugadores solo habrán visto este personaje como parte del plantel de Smash Brosh, es el protagonista de Earthbound. Un niño como todos los demás, que se despierta sobresaltado cuando un meteorito cae en el bosque junto a su ciudad, revolucionando a todo el mundo. La ciudad es Onnet, y tras ir a investigar, Ness y sus amigos logran llegar dar con el meteorito al día siguiente de su llegada. Al acercarse, un ente extraterrestre con forma de abeja les habla de una amenaza para la tierra y todos los mundos conocidos, los Giygas. Ness es el héroe, el elegido, y nuestro cometido a partir de este momento será el de visitar 8 templos o santuarios donde conseguir las melodías que nos permitan acabar con el poder de los Giygas.
Es agradable enfrentarse a un rpg japonés totalmente clásico, con el aspecto y los toques de humor con los que se construyó en su momento EarthBound. Chicos normales, matones y demás, lejos de todo lo que el género ofrecía en aquel momento de la historia. Así que con nuestra gorra, nuestro perro y nuestros amigos partiremos en la búsqueda de los templos y las melodías.
El combate, al contrario que la mayoría de jrpgs no es aleatorio, así que para luchar tendremos que contactar con los enemigos o animales que nos ataquen, si bien en muchas ocasiones serán ellos los que se lancen hacia nosotros. También resulta importante intentar acercarse por la espalda para obtener ataques sorpresa, y evitar recibirlos siempre que sea posible.
Durante el combate la perspectiva cambiará y veremos de frente a los enemigos, como suele ser habitual en las entregas de Dragon Quest, todo realizado de forma bastante simple en cuanto a las animaciones. Aquí podremos elegir entre atacar, defendernos, usar objetos, así como puntos psíquicos para realizar ataques especiales o curarnos, para lo cual gastaremos puntos. Dichos puntos solo podrán ser repuestos mediante los descansos en hoteles, por lo que sobre todo al principio, donde tendremos muy pocos acorde a nuestro nivel. Siempre podremos tomarnos una galleta, una hamburguesa o un trozo de pizza para recuperarnos, nada de pociones o artefactos mágicos. Para luchar, también tenemos la opción de usar el combate automático, que suele dar el pego en los combates normales, siendo poco útil para enemigos difíciles o jefes finales.
Si nos topamos contra enemigos especialmente débiles, el combate se resolverá de forma automática, para no hacernos perder el tiempo en una lucha cuyo resultado se conoce de antemano.
Es curiosa la forma en que el juego reparte los puntos a la hora de subir de nivel, ya que no parece seguir ninguna lógica y no siempre nos beneficia como pensábamos, pero sí pudieron con ello hace 20 años no supondrá tampoco un problema en su regreso. Para grabar, tenemos que localizar un teléfono y llamar a nuestro padre, pero si no tenemos suficiente paciencia para el sistema clásico, podremos guardar el estado de nuestra partida en cualquier momento gracias a Wii U. El padre también nos hará ingresos periódicos de dinero, ya que solo mediante este sistema y vendiendo objetos podremos financiar nuestras adquisiciones de objetos curativos o armas.
Gráficamente no desmerece a pesar de los años transcurridos, presentando un estilo gráfico con un aire a las entregas de Pokemon,con sus edificios, vehículos y demás construcciones “modernas”. Como no tiene ningún tipo de mejora, casi resulta más recomendable jugarlo en la pantalla del mando de Wii U que en una TV de muchas pulgadas, más que nada porque no se ha incluido el formato panorámico en esta revisión. La banda sonora, más cerca del pop aunque con diversas influencias, sigue manteniendo una excelente calidad, aportando una gran diversidad en función de la situación que tengamos que afrontar.
Earthbound proporciona una gran aventura, una dificultad media alta y un buen desafío, ya que está lejos de ofrecer pistas demasiado explícitas o flechas indicando el camino, pero sobre todo son los enemigos quienes nos pondrán las cosas más complicadas. Los diálogos, el humor (a pesar de ser una historia seria está repleta de chascarrillos) y unos jefes finales divertidos y exigentes, forman un coktail que jamás te deberías perder.