Manida la introducción que habla siempre de Esto Es Fútbol como el tercero en discordia, Sony y su Team Soho siguen erre que erre con su fijación de tocar a los intocables.
Bien sabido es que alllá donde Sony busca afanosamente, acaba encontrando oro. Su bien ganada arrogancia, la muestra tanto arrasando en el difícil mundo del hardware de consolas donde hasta SEGA cae, como haciendo de su capricho de tener el mejor juego de coches la perfección de Gran Turismo.
Si éste objetivo era complicado, en un terreno donde tanta era la competencia con grandes rivales que han ido sucumbiendo a su poderío, el que tiene desde hace un tiempo con Esto Es Fútbol parece un reto personal, por más que aquí las dificultades son aún mayores.
Superados los defectos más relevantes de las primeras entregas, la depuración en esta ocasión ha llegado a todos los niveles: mejoras de los sistemas de control y pase (eso sí, con el punto negativo de usar para el cambio de jugador el mismo botón que el de pase); mayor inteligencia artificial del portero; inclusión de temporadas completas; más de 800 animaciones; más de 320 equipos auténticos; y más de 5000 nombres de jugadores, 250 de estos recreados magistralmente. No sólo serán distinguibles en una aproximación de cámara para apreciar las orejas de Hierro o la calvorota de Roberto Carlos, también desde un plano más alejado en que se puede distinguir perfectamente las buenas artes del ilustre Zidane, o las greñas al viento de Gaizka Mendieta.
A la hora de jugar, la suntuosidad de los estadios con su explendido detallismo se convierten en el escenario ideal para cualquier equipo de renombre, pero superado el impacto visual, el juego en sí muestra grandes dotes de suavidad técnica que hacen la experiencia agradable desde un principio. Desde la inmediatez de respuesta, hasta los oportunos fx, las sensaciones son óptimas, y esperando el deseado momento de encarar puerta, los toques entre jugadores cobran una gran realidad.
De esta manera, queda claro que los saltos cualitativos respecto a las precedentes ediciones son patentes desde el principio. El juego ha crecido mucho y en una buena dirección, pero eso sí, cabe concluir que aún derrochando belleza gráfica, encandilando por los ojos y con una buena jugabilidad, las cosas están como estaban: hay un rival todavía demasiado grande por batir.
¿Sabéis cual?