En Microsoft ya tienen muy claro cuál es su objetivo. Su renuncia a abrir nuevos frentes evitando unirse a la contienda que Sony y Nintendo presumiblemente encabezarán en portátiles, obedece a la prioridad otorgada a la batalla con mayúsculas que quieren librar en la próxima generación.
Por ello, a pesar de que en el pasado E3 reafirmaron su intención de explotar al máximo a X-Box, sus gestiones podrían estar encaminadas a su sucesora, actualmente denominada 'Proyecto Xenon'. La intención es que en esta ocasión no se limiten a un hard con más potencia que el de sus rivales, sino que conscientes de la importancia de asegurarse títulos de garantías han comenzado ya la recolecta de varias compañías claves en el videojuego. Un caso claro: Konami.
Si tradicionalmente ésta compañía ha dado grandes resultados a los soportes para los que ha desarrollado software, la de Bill Gates tiene claro que en esta ocasión la quiere de su lado. Las primeras confirmaciones ya están claras: un Pro Evolution y un Castlevania. Probablemente dos de los nombres que mejores resultados dan en cada una de sus versiones.
Y esto es sólo una parte de una historia cuyos inicios se marcaron con la compra de Rare, hasta entonces muy ligada a Nintendo. Hay confirmados varios contactos con muchas otras compañías.