El más mítico de la serie -al menos hasta su reciente regreso- aprovechando el contexto para volver en edición de bolsillo. Era escaso el margen para el fracaso, pero con todo, la falta de tacto ha causado estragos en un juego inolvidable.
Devolverlo de forma íntegra era cuestionable, un pixel perfect justificado por lo que representó el lanzamiento en su momento. Alteración simpática: las melenas al viento al puro estilo Contra, lejos del Probotector y su versión robótica con que disfrutamos 10 años atrás.
Pero a base de decisiones extrañas y trabajo a desgana, Contra Advance se convierte pronto en una incomprensible forma de establecer supuestos incentivos y cambios imperdonables. Vale que la combinación de fases con la versión MegaDrive tenga su punto apetecible (para algunos, pese a que desde aquí no compartamos su tesis, ese podía ser el mejor Contra) , pero la supresión de las misiones en Modo 7 -famosas porque el control de movimiento se basaba en girar la pantalla mientras el sprite del protagonista quedaba estático- supone una clara muestra de cómo ahorrar en esfuerzos, para no realizar una conversión que era sobradamente asequible desde el punto de vista técnico.
Sin acabar ahí con los infortunios, el uso de una segunda arma que daba más dinamismo a la acción ha sido suprimido de forma caprichosa y aún más inexplicable. Y el remate viene por otro apartado para el cual tampoco quedaban energías para involucrarse. Es obvio que Konami se encuentra metida en producciones de peso, en títulos que seguro serán parte de su catálogo histórico, pero si una banda sonora de la 16 bits de Nintendo no puede trasladarse correctamente a la pequeña Advance, sencillamente, apaga y vámonos. Podrían haber esperado otro momento para la conversión, quizá alguno en que tuvieran más tiempo o motivación.
Todas estas taras son especialmente sorprendentes cuando la compañía ha efectuado una de las más agradecidas apuestas por la pequeña portátil. Desde su lanzamiento, en que ofreció el Castlevania 'Circle of the moon', una saga con capítulos totalmente novedosos y que no ha bajado el nivel en ninguna entrega (y van para la tercera, probablemente para esta primavera) todo son motivos para seguir defendiendo las aportaciones de Konami. Pero pese a ello, el gran episodio que se traslada en esta ocasión, aun conservando acción de frenéticos disparos, combinación de fases variada -no tanto como el original, y con el obvio contraste de las fases de Megadrive y Snes- y diversión obvia, es algo que los que conocieron el original no podrán contemplar sin estupor. Para el resto, sin ser un alarde en muchos aspectos a estas alturas de la vida, la sesión de disparos por un entorno visual más que correcto, llevando a dos protagonistas (con dos consolas, dos cables Y DOS CARTUCHOS) míticos dentro del shoot-em'up será una experiencia enriquecedora, por más que no todo lo que cabría esperar de la marca. Esperemos que el lanzamiento haya sido una mera forma de preparar el camino para una nueva entrega que aporte novedades, y que esta sí quede a la altura de las circunstancias. Entre tanto el precio por este cartucho limita su público a aficionados al género que no hayan vivido antes emociones mejores. Como la de SuperNes.