El nombre con el que se ha llamado al videojuego portatil durante los últimos 15 años, tiene las horas contadas. Gameboy no va a ser durante mucho más tiempo líder del mercado. De hecho en un tiempo es muy posible que la palabra haya caído en desuso, aunque en Nintendo estudian la posibilidad de recuperarlo según el rumbo que vaya tomando su nuevo proyecto.
Desde su llegada al mercado en el año 89, la entonces monocroma consola se ha deshecho de un gran repertorio de rivales, muchas muy bien preparadas, con molesta superioridad. Con Atari Lynx dio el que fue uno de los últimos golpes a la compañía símbolo del matamarcianos, acabando con ella sin siquiera ponerse el mono de trabajo. Ni su gran colorido ni aspecto futurista, evitaban que una máquina de gran tamaño y excesivo consumo de pila pudiera hacer frente a la que entonces parecía primitiva en la comparación.
Igual hizo con Gamegear, la tentativa de Sega que nuevamente parecía tenerlo todo para ponerlo encima de la mesa y humillar la pantalla amarillenta de su invencible rival. Ni con un catálogo marca de la casa –que incluía alguno de los mejores episodios del puercoespín Sonic-, su pantalla repleta de vivos colores que recordaban a la MegaDrive, a la que cabía la posibilidad de añadirle un sintonizador TV, se pudo hacer nada.
Con el paso del tiempo, demasiados años acomodada la llevaron a una relajada competencia consigo misma. Con el empeño en las ediciones especiales –extraños motivos decorativos que llegarían a una evidente degeneración- la primera reforma seria llegó con Gameboy Pocket, en que se hacía portátil en sentido estricto reduciendo ostensiblemente su tamaño. La visibilidad de la pantalla mejoraba sensiblemente, pero no fue hasta la Gameboy Color que el colorido entraba en escena dándole vida únicamente lo simbólico del dato: GB ya era una consola en color.
Aunque antes habíamos visto sus juegos a 4 colores con un invento llamativo que sobre todo demostraba el éxito permanente en que vivía la maquina: su catálogo de juegos pudo disfrutarse en una SuperNintendo con el cartucho adaptador SuperGameboy.
Pero la verdadera revolución llego mucho después, con Gameboy Advance. Por fin el cambio era verdaderamente importante, contaba con las posibilidades técnicas de esa consola con la que el videojuego había llegado a una de sus etapas más agradecidas (los 16 bits de la Super Nintendo) y en muchos casos se extendía hasta superar con mucho títulos de entonces. Sólo encontraba un obstáculo en problemas de visibilidad. Estos, se han superado con la versión actual, la GBA SP, a la que le quedan algunas cosas por decir si bien no demasiadas.
Ah, y por el camino venció a otra. Algunos ni conocieron a la Neo-geo pocket.
Atari Lynx: una de las primeras víctimas del poder Gameboy