El debate no es algo nuevo. De hecho en nuestro país no hace demasiado tiempo volvieron a realizarse brindis al sol a propósito de las ayudas que el videojuego como sector necesitaba, y las posibilidades que éste tenía para crear empleo y riqueza.
Pero en un contexto en que la fiscalidad en España vive obsesionada con incrementar recaudación por cualquier vía, llama la atención cómo en el país vecino busquen amoldarla a casos concretos para evitar que ésta ahogue a la creación.
Así, en Francia se han propuesto evitar la fuga de programadores con una serie de medidas que pasan por facilitar las cosas en los tributos. Si antes había 36 meses en que los costes de desarrollo no tributaban, ahora pasan a 72. Los juegos para mayores de 18 años, que estaban excluidos de deducciones, pasarán a tenerlas también, y de la misma forma no solo con desarrollos que cuesten más de 150.000 euros, sino con una cifra que rondaría los 100.000.
Con estas medidas en Francia se espera revertir la huida de programadores que se estaba constatando hacia EEUU o Canadá. Cabe recordar que tras EEUU Francia es el siguiente país en que más videojuegos se desarrollan, con 3.000 millones de euros de cifra de negocios en la producción de videojuegos en 2012, y Ubisoft como una de sus compañías más emblemáticas.