Con toda la carne en el asador para la sucesión de X-Box, hay cosas que Microsoft sigue sin tener muy claras. Y una de ellas es qué hacer con el camino recorrido hasta ahora.
Suena extraño que cuando la mayoría de soportes de éxito han visto en la posibilidad de la compatibilidad con el soft anterior una opción que el público agradecía -por aquello de no convertir en reliquia sus viejos juegos ni limitar su uso- la compañía que pretende dar un vuelco a sus ventas no se esté planteando el tema con excesiva seriedad.
Según estudios internos, sólo un 10% de los usuarios consideran importante la opción de poder cargar títulos antiguos... aunque comenzar renunciando ese 10%, quizá no sea la mejor forma de hacer camino.
En todo caso, sí hay una división de Microsoft que está intentando abordar el tema desde una emulación interna, pero que se está encontrando con un gran escollo al tratar con los chips Envidia que no utilizará la nueva máquina.
El tiempo dirá si finalmente le ponen mayor empeño, o si dejan el tema apartado o limitado a la adquisición de alguna aplicación como añadido. Los 'hardcore gamers' (usuarios acérrimos) seguro que tienen claro qué prefieren.