El mando de Ouya.
Ouya bien pudo ser el sueño de una noche de verano. Una consola asequible repleta de funcionalidades a bajo coste hechas para innovar un mercado del videojuego cada vez más recurrente. Los escasos ingresos para los desarrolladores, las formas controvertidas de subvencionar la producción, la deserción en exclusivas y el cambio en su sistema de gratuidad son solo algunos de los escollos que se ha encontrado una máquina que una vez en las manos de los usuarios no transmitía precisamente buenas vibraciones.
Ahora, con el anuncio de Ouya Everywhere llega el momento de plantearse si no estamos ante el epitafio de una iniciativa que en lugar de eso se plantea la medida como una reinvención: Zak Phelps, ingeniero jefe de Ouya explica que en menos de seis meses será posible descargar e instalar su sistema operativo en cualquier terminal de Android, forma de extender al máximo sus servicios y fundamentalmente su tienda.
“Debes seguir una guía que te deja claro qué funcionará y qué no; la idea es proveer a nuestros desarrolladores la red más grande de consolas instaladas”. Solo que ni son consolas, ni termina de verse claro hasta qué punto cabe el éxito cuando quienes lo intenten no tienen asegurada una experiencia satisfactoria por posibles problemas de compatibilidad.
Si estamos ante uno de los últimos movimientos de Ouya o no, es algo que el tiempo dirá. Pero por ahora no pinta nada bien.