Los veteranos del videojuego habrán oído hablar en alguna ocasión de la historia de E.T. para Atari, uno de los mayores fiascos en la historia del sector, síntoma de todo lo que puede hacerse mal cuando la mercadotecnia pierde completamente el equilibrio.
Pongámonos en antecedentes: el sector del videojuego comienza a florecer, se pone en evidencia el potencial para vender de los títulos basados en películas, se realiza uno terrible con motivo del éxito en el cine del E.T. de Spielberg y se fabrican tantísimas unidades, que cuando el juego se da de bruces con la realidad la apresurada reacción de la industria es correr a enterrarlas al desierto mexicano (concretamente en el vertededo de Alamogordo, en Nuevo Mexico), sumiendo al videojuego en su primera gran crisis.
Durante mucho tiempo la historia tenía un toque legendario, pero ahora y gracias a la producción de Xbox Entertainment y LightBox se va a documentar el rescate de una carga infame de títulos que según algunas historias fueron triturados y cubiertos de cemento (eso sí, en cantidades tales que llegó a generar airadas protestas en la zona contra Atari).
Las gestiones están avanzadas para comenzar a excavar, tras las peticiones de una mayor concreción en la zona por parte del departamento de medioambiente de Nuevo México. Ahora es solo cosa de esperar para ver la dimensión del despropósito -se estima que unos 2,5 millones de copias quedaron sin vender- y el nivel de solidez de los restos.