Las especulaciones hierven en varias webs de internet, las que no se han conformado con el efecto llamativo de las 3D (sí, sin gafas), ni con el catálogo de relumbrón que acompañará a la consola. Esto porque 3DS está hecha para marcar un antes y un después e innovar más allá de curiosidades visuales, según se asegura desde varias fuentes.
Así, hay varios aspectos en la sombra y uno de ellos -intencionadamente en esa situación- se refiere a la nueva forma en que se afrontarán los problemas actuales del videojuego, relacionado tanto con las nuevas formas de jugar como de adquirir... y proteger su adquisición. Nintendo ya había advertido que se emplearía un sistema antipiratería novedoso con 3DS, y que no iban a decir nada al respecto para dar menos margen de reacción a los hackers, entendiendo que estos antes o después lo 'reventarían'. Pero el anuncio de que muchos de sus juegos serán instalables en la memoria ha dado para que muchos empiecen a ver la forma en que se relacionan uno y otro aspecto, considerando que sin un as bajo la manga la instalación (y fundamentalmente el espacio para instalar) no es sino una facilidad para la piratería.
Si ese aspecto es determinante, también lo es la forma en que se lleve a cabo la adquisición y cómo se incentive, a juicio de Nintendo. Es por ello que muchas especulaciones hablan de una red completamente nueva preparada tanto para distribuir nuevo soft (la experiencia en DS no ha sido del todo satisfactoria, con un catálogo muy reducido respecto a Wii por ejemplo y concebida más como un ensayo), y también a incentivar al usuario con distintos premios en forma de puntos. Lo cual nos lleva a algo así como lo que ya conocemos de otros sistemas, pero con un rizado de rizo.
Y queda el tema final: una supuesta relación con las redes sociales, una forma de incentivar los juegos cooperativos, etcétera, en un planteamiento que podría estar en camino valiéndose o no de la experiencia en otros sistemas pero que en 3DS buscaría aprovechar el tirón que esperan que tenga la nueva consola.
Todo camina en cualquier caso en una misma dirección: la convicción en Nintendo que están en una posición privilegiada que deben de proteger, y que deben hacerlo enfrentándose con especial habilidad a los retos que les amenazan, tanto por la vía del iPhone y derivados (incluyamos aquí las redes sociales, en claro ascenso), como por la piratería.