Eve Valkyrie, uno de los títulos para Oculus Rift.
Sin duda, si lo más importante para el éxito del hardware es contar con buen software que lo alimente, tener buenos estudios de confianza es determinante. Y por ello, además de tener buenos acuerdos que aten corto a los llamados estudios ‘third parties’ (cualquier estudio sin más vínculo que trabajar para un juego concreto), las opciones más próximas (second y first parties) garantizan un apoyo más directo, e incluso desarrollos más trabajados al tener un mayor conocimiento del sistema.
En Oculus Rift no quieren que su proyecto dependa exclusivamente de la buena voluntad de otras compañías, más si con los fuertes vínculos que Microsoft y Sony tiene con las desarrolladoras tradicionales, ambas establecen exclusivas una vez se posicionen en la realidad virtual que les dejen sin los títulos más importantes. Por ello, además de apoyarse en una comunidad que desde hace tiempo ‘trastea' con la producción de títulos para la plataforma (algo que tampoco lo alejaría mucho de los proyectos Android), quieren un estudio propio que dé buena cuenta de las prestaciones del sistema de realidad virtual.
En ese contexto, Kenneth Scott ha fichado por Oculus VR para construir el primer equipo de desarrollo propio de la compañía, ahora propiedad de Facebook. Scott ejerció como asesor de diseño en 343, posición que dejó el pasado mes de enero. Se desconoce en qué proyecto se integrará, pero los primeros rumores apuntan a que el multiplayer masivo que Oculus busca (apuntando a los 1000 millones de usuarios) podría ser un proyecto interno, y quizá eso le implicaría ya mismo en la operación.
En espera de fechas y precios concretos para Oculus, el invento pinta mejor por momentos.