Murdered Soul Suspect, nos pone en la piel de un detective llamado Ronan O´Connor nada más empezar la historia. Un misterioso asesino nos lanza por la ventana casi sin darnos tiempo a pensar en lo que está pasando. Y ya está, con nuestro cuerpo tumbado sobre el frio asfalto lo normal hubiera sido el típico cartel de “una semana antes” para ver que nos ha llevado hasta aquí, pero en lugar de eso, el alma de Ronan abandona su cuerpo ante su propio asombro… ¿Qué narices está pasando?
Ronan ha quedado “atrapado” en una especie de limbo espiritual, una zona entre la vida terrenal y el descanso final donde vagan las almas que todavía tienen asuntos por resolver de su vida anterior. La idea en sí no resulta especialmente novedosa, como ya hemos visto en películas como Ghost, pero da pie a introducir bastantes novedades en la jugabilidad.
Roland muere a manos de un misterioso asesino, siendo este el punto de partida para nuestras investigaciones. Desde este momento nos moveremos como espíritu, y eso tiene sus ventajas pero también sus limitaciones. Una de las principales ventajas será la de poder atravesar la mayoría de las paredes y objetos que se nos pongan por delante. La forma utilizada para poner unos límites lógicos a nuestro desplazamiento ha sido la de los edificios o zonas bendecidas, por lo que no podremos atravesar ciertas paredes u objetos. Puede que suene poco “realista” siendo un fantasma, pero ciertamente resultaba necesario para acotar y definir la zona de juego donde desplazarnos.
Muy pronto contactaremos con una médium involucrada en el caso, cuya madre, también médium suele ayudar a la policía a resolver algunos casos. Nuestra colaboración será realmente necesaria, principalmente por el hecho de que como espíritus, no podemos manipular directamente objetos físicos, ni tan siquiera abrir determinadas puertas para acceder a ciertos edificios. En esos momentos podemos necesitar su ayuda, pero también ella necesitará la nuestra, sobre todo en algunas secciones done tenemos que ayudarla a escapar, utilizando nuestras habilidades para encantar desde la distancia objetos como impresoras o teléfonos, que nos permiten distraer a unos policías (todo hay que decirlo) con una inteligencia artificial muy limitada.
Csi Salem
Nuestro espíritu penará en Salem, una ciudad donde se perseguían brujas allá por 1680, y que gracias a una ambientación más tétrica y oscura se siente de todo menos acogedora. Buscando pista del hombre que nos mató, “El asesino de la campana” nos tocará investigar numerosas localizaciones, ya que no hemos sido la única víctima. A pesar de gozar de una relativa libertad, para buscar objetos, recuerdos personales y otros espíritus a los que ayudar, la verdad es que todo el diseño del juego resulta bastante lineal. Como ejemplo sirve la forma de resolver los casos: Al llegar a la escena de algún crimen o zona donde tengamos que conseguir pistas, se nos indicará cuantas son necesarias encontrar, ya sean 5, 8 o 12, si bien podemos intentar resolver el caso tras encontrar una parte del total.
¿Demasiado fácil?
El problema es la extrema sencillez del sistema, primero acotando la zona de búsqueda de forma que apenas en una o dos habitaciones están todas las pistas si o si, siendo fácil encontrarlas. Tras hacerlo tenemos que “hilar” el caso, seleccionando las tres pistas más importantes que nos indicarán que ha pasado en cada momento. El sistema no tiene ninguna dificultad, más allá de mejorar nuestra puntuación al resolverlo, pero si fallas una pista se pone en rojo y sigues probando hasta que tres se pongan en verde, hallando la solución de una forma que no supone ningún reto. En algunos momentos esta experiencia nos recuerda a las de Heavy Rain o similares, donde hagamos lo que hagamos la historia sigue avanzando con pequeñas variaciones en el guión, mientras que aquí podremos continuar simplemente con menos puntuación.
En algunas zonas encontraremos un poco de acción, pero por desgracia también muy limitada por su propia mecánica. Algunos demonios no parecen muy contentos con nuestra presencia, vigilando algunas zonas (no muchas) o algunas habitaciones. En dichas zonas hay zonas para esconderse, una especie de niebla entre las que podemos desplazarnos rápidamente, tanto si somos detectados como si no. Los demonios realizan unas rutas prefijadas y simples a menos que nos vean, si bien tampoco es demasiado difícil despistarlos aunque nos hayan detectado. Para eliminarlos, en ocasiones bastará con despistarlos y pasar sin ser detectados, pero también podemos acabar con ellos atacando por la espalda realizando una pulsación de botones muy sencilla. Se agradece un poco de variedad dentro de la mecánica general, pero se ha desaprovechado la oportunidad de hacer algo más trabajado en este sentido, como pasa con los puzles.
En general, cualquiera que pierda un poco de su tiempo descubriendo las historias, datos sobre la ciudad y sus leyendas, la brujería, el asesino de la campana, etc… se encontrará con una historia interesante y que se disfruta hasta el final. Pero si lo que buscas es un reto o un título donde la jugabilidad sea lo más importante, vas a encontrar los puntos más débiles de Soul Suspect, cuyos creadores han perdido una tremenda oportunidad de hacer algo mucho más complejo y desafiante en lo que a los casos y puzles se refiere. En dichos casos también podremos poseer tanto a gente relacionada como a cualquier ciudadano, para sí escuchar sus pensamientos (dos frases por persona) ver lo que ellos ven o influenciarlos para seguir adelante. Así que solo tendremos que explorar una zona limitada, poseer a los personajes correctos y pronto tendremos la situación resuelta, como hemos dicho, todo un entorno desaprovechado.