"Vender un juego por los 70 u 80 dólares que cuesta en Japón, no es algo bueno en absoluto. Si lo vendes por 25, o incluso si lo das gratuitamente, puedes vender episodios o extras on-line. Pronto bajarán 10 o 20 dólares los juegos y entonces será posible hacer cobros mensuales". Esta es la forma de ver las cosas de Shukuo Ishikawa, en un planteamiento innovador y diametralmente opuesto al de Bobby Kotick (CEO de Activision que en unas polémicas declaraciones afirmó que por él costarían 100 dólares) y que dicho sea de paso difícilmente aplicará su compañía a corto plazo.
El argumento se une así a un debate en el que también Codemasters ha dado su opinión, en su caso en una tesis intermedia: vender juegos más baratos e incompletos, cobrar posteriormente por los extras.
Lo que en todo caso parece claro por estas vías es que no se trata de evitar cobrar por los juegos, sino incluso de cobrar más: tener una mayor rentabilidad por parte de aquellos usuarios que quieran amortizar el producto en función de sus intereses vendiéndolo por partes. Algo que a su manera podría ser justo teniendo en cuenta que el usuario menos interesado no necesitaría el juego completo ni extra alguno, en tanto que el que sí disfrutara del mismo podría ir adquiriendo a medida que lo necesite.